Perdí a mi bebe. Reacciones emocionales ante la pérdida de un bebe
octubre 7, 2018
0

No puedo alegrarme ante el embarazo ajeno

La idea de este post es poner luz sobre las emociones que se suscitan tras la pérdida de un bebe, de tu bebe, de ese bebe con el que ya soñabas y para quien la vida…vaya uno a saber porque tenía otros planes.

Cuando un embarazo se detiene y no puede llegar a término se pierde la inocencia. Esa ingenuidad con la que toda mujer atraviesa el embarazo. Que mejor compañera de ruta durante esos nueve meses de viaje que la genuina ilusión del final más deseado, él bebe en brazos.

La mayoría de los embarazos llegan a término y los bebes nacen sin problema, no se trata de prepararse para una fatalidad de ninguna manera, sino de entender lo que puede estar viviendo una mujer cuando la vida abruptamente, porque para esto no hay previo aviso, le indica que el final de su embarazo no es el deseado sino otro, el peor de los escenarios temidos, la perdida.

La noticia es un golpe seco, impensado, sin anestesia que en un segundo deja tu mundo y tus emociones al revés, es pasar de una inmensa alegría y dicha a la más fría oscuridad. Pocas cosas en esta vida pueden causar tanta estupefaccion.

Como podemos apreciar la noticia de que nuestro bebe ya no tiene latidos es devastadora, si a esto le sumamos un trato deshumanizante por parte de los profesionales sanitarios el cuadro es de mayor sufrimiento aun.

Que el profesional a cargo tenga la calidez y la capacidad de ponerse (si es que es posible) en tu lugar e informarte lo más empáticamente posible acerca de la muerte de tu bebe hará una gran diferencia. Que te mire a los ojos amorosamente y tomando tu mano te diga que lo siente mucho, no te alejara del dolor pero te sentirás acompañada.

Esos primeros momentos y horas son los de mayor confusión e irrealidad, la situación se vive como una profunda pesadilla de la que uno desea despertar, nada se desea tanto como sentir una palmada en el hombro y una voz diciendo: “despertate, estas soñando…” pero ese momento no llega y poco a poco la realidad se va imponiendo. No estamos soñando. Lo estamos viviendo. Y cada despertar es un cruel recordatorio de la más dura realidad.

En ese estado de confusión, donde el dolor parece tener la fuerza para quitarnos la razón, llegaran otras decisiones que tomar o acatar según las particularidades de cada caso. Habrá que ir a casa y esperar o nos tendremos que quedar ingresadas, tendrán que ayudar a producir el parto y dar a luz a nuestro bebe muerto, las variantes son muchísimas, cada caso es único pero el dolor es común a todos.

Entre tanta tiniebla tengo una buena noticia para darte y es que el dolor, ese mismo dolor que nos abrazara día y noche durante un tiempo, de a poco muy de a poco será menos intenso.
Y si bien el dolor se ira atenuando muy despacito, en los primeros momentos es muy intenso, de la misma manera que lo son las emociones que se viven durante las primeras horas y días desde que se recibe la noticia. La noticia de la falta de latidos del bebe.

Hablar de las emociones que aparecen o pueden aparecer en este primer momento es fundamental para poder entender y apoyar sanamente a quien está atravesando esta situación de perdida.

William Worder a diferencia de otros autores que hablan de fases o etapas del duelo prefiere hablar de tareas que el doliente debe llevar a cabo para una sana elaboración del mismo. Estas tareas no necesariamente tienen que seguir un orden y son las siguientes:

Asumir la realidad de la perdida.
Elaborar las emociones relacionadas con la perdida.
Aprender a vivir en un mundo donde el fallecido ya no está presente.
Recolocar emocionalmente al fallecido y seguir viviendo.

En este posti estamos reflexionando sobre las emociones que aparecen nada más ser informados de la pérdida del bebe. Por lo tanto, el doliente se encuentra en un estado de profunda confusión, irrealidad y perplejidad. Todavía no ha entrado en el proceso de duelo. Podemos decir que se encuentra en un estado de shock y muchas veces de negación. “Esto no me puede estar pasando a mi” “Seguramente voy a despertar de este mal sueño” “¿No habrá un error en la ecografía?”.  A medida que las horas pasan la realidad irremediablemente se va imponiendo y ya no queda lugar para la negación.

Algo que va a ayudar a la aceptación de la perdida es la elaboración de las emociones (segunda tarea según Worder) y para elaborarlas debemos reconocerlas, identificarlas y expresarlas sin miedo, libremente. Cada una de nuestras emociones nos pertenece y no debemos avergonzarnos de las mismas, sino permitirnos sentirlas y reconocerlas como propias…darles la bienvenida. La confusión y la desolación siguen siendo protagonistas, en este primer momento de estupor que acompaña a la perdida, y es en este estado de suma vulnerabilidad y dolor emocional cuando muchas veces estas mamas deben cruzarse con otras parturientas u otros recién nacidos en el mismo centro donde están siendo atendidas, o al ser dadas de alta del mismo.

De estas emociones nadie habla, pero estas emociones se viven, son reales y devastadoras. Nadie se imagina lo quebrada que puede sentirse el alma de una mujer al escuchar el llanto de un bebe, de otro bebe. Para esta mujer el sufrimiento es doble, por un lado le recuerda al bebe que no tendrá y por otro la culpa por no disfrutar de la presencia de un ser tan puro como un bebe.

Si bien la mayoría de hospitales destina una habitación especial para estas mamas y procuran que haya una cierta distancia física con el área de maternidad, para evitar justamente este sentimiento doloroso, de desgarro que genera el ver, el sentir, el saber, que otras mamas pueden abrazar a sus bebes y ellas no. A veces, la distancia no es la suficiente. Uno podría preguntarse si es posible una distancia suficiente.

En Irlanda del Norte por ejemplo, la habitación que se destina a las mamas y familiares de quienes han perdido un bebe se encuentra al lado de las habitaciones del sector de maternidad, y en un intento bien intencionado aunque infructuoso de evitar un mayor dolor, dejan una radio con música bajita.
La música por momentos cumple bien su misión de relajar y distraer, pero en otros no alcanza a esconder los gemidos producidos por los dolores de parto de otra mama, gemidos que son seguidos por los llantos de un bebe. Y entonces ese escenario “soñado” se mezcla con este otro, en donde solo hay música bajita (cuando la hay) y mucho dolor. Dolor por la falta, por la perdida, por lo que no pudo ser, por lo que la vida ha decidido.

En ese momento esa mezcla de emociones de dolor, rabia, angustia, impotencia, frustración, envidia, desasosiego, son reales, válidas y legitimas.
Es importante permitirnos conectar con lo que sentimos sin hacer juicios de valor, acerca de si está bien o mal sentir lo que sentimos. Recordemos que las emociones en sí mismas no son ni buenas ni malas, las emociones son algo que sentimos, que tienen que ver con lo que estamos viviendo y siempre nos están comunicando algo. Lo que hagamos con esas emociones, la forma en la que respondamos a las mismas, si, va a estar bien o mal, pero no lo que sentimos.
Hay que legitimar las emociones. Lo que tú sientes está bien. Tienes que dejar que fluyan las emociones, contactarte con las mismas, abrazarlas a todas sin sentir miedo de ninguna.

El mismo dolor y la misma envidia también pueden aparecer al ver otras embarazadas. La imposibilidad de alegrarse genera más sufrimiento al que ya hay.
Si no puedes alegrarte ante un embarazo ajeno, no te sientas fatal. Esto no será así toda la vida, tiene que ver con el proceso y el momento por el que estas transitando.

¿Por qué no puedo alegrarme si alguien se embaraza?

Porque el embarazo ajeno te recuerda al que tú has perdido. Y sentir esto que sientes en este momento es esperable, normal, legitimo. En un futuro no muy lejano te sorprenderás alegrándote cuando alguien de tu entorno se embarace.

En este momento de mayor angustia y sensibilidad todo lo relacionado con el mundo de los bebes va a desplegar un abanico de emociones muy dolorosas. No solo ver a otras embarazadas y otros bebes puede llegar a ser desgarrador, del mismo modo lo puede ser todo lo vinculado al embarazo. A esa etapa en la que ya habías puesto muchas ilusiones, ilusiones que se desvanecieron.

Tan cierto como lo inimaginable de este dolor, es la certeza de que con paciencia y asumiendo lo que sientes sea lo que sea, poquito a poquito te iras fortaleciendo, el dolor se ira mitigando y esta perdida formara parte de tu biografía, de tu historia de vida, de ese ser maravilloso que eres. Echando luz sobre estas emociones estamos en mejores condiciones de acercar nuestro corazón a quien lo necesita.

“Todas las teorías y todas las ciencias del mundo no pueden ayudar a nadie tanto como un ser humano que abre su corazón a otro” Elizabeth Kubler Ross.

Hasta el próximo posti y recuerda permitirte sentir lo que sientes sin avergonzarte y durante el tiempo que lo necesites.

Puedes visitar mi canal de YouTube Betina Speroni.

Podcast Betina Speroni Psicología en:

Anchor.fm   Spotify    Google Podcasts     Pocket Casts
Radio Public     Copy RSS      Breaker.