Sin pareja. ¿Una sana relación de pareja se construye o toca como la lotería?
Este posti está pensado en aquellas mujeres que están solas, que desean estar en pareja y que se quejan de su mala suerte en el terreno amoroso. Muy distinta es la situación de aquellas mujeres que están solas por elección y se encuentran muy bien de esta manera y quieren seguir estando como están.
El título de este posti, si bien en otras palabras, nos invita a hacernos la siguiente pregunta: ¿La dificultad en formar una pareja se debe al infortunio y al destino de cada uno, o tiene que ver con la manera en que cada uno elige con quien estar o no en pareja?
Si alguien considera que sus relaciones amorosas fallidas a lo largo de su historial amoroso se debe a la mala suerte, seguramente no considere la posibilidad de estar haciendo algo “mal” para generar ese tipo de vínculos, es como pensar que las relaciones no llegan a buen puerto porque el universo se opone, diferente va a ser la postura de quien sostenga que elige mal a sus parejas, o por lo menos así lo ha hecho hasta el momento presente. Con lo cual, empieza a mirar hacia dentro, a hacer autocrítica y a pensar en otro tipo de elecciones a futuro.
En este segundo caso, nos encontramos con lo que en psicología se llama locus de control interno. Te lo explico en dos palabras porque no es el tema de este posti, pero se relaciona con el mismo.
El término Locus de control se lo debemos a Julián Rotter (1966) como parte de su teoría del aprendizaje social.
De esta manera, el locus de control interno hace referencia a la percepción en las propias habilidades y capacidades para conseguir los resultados esperados. Por ej. “Tenemos una muy sana y plena relación de pareja porque la construimos día a día”. El locus de control externo, en cambio se refiere a la percepción de la buena suerte, del azar, de acontecimientos externos como facilitadores del resultado que busco. Por ej. “Siempre me toca la misma clase de hombres conflictivos, no tengo suerte con las parejas”.
Alguien en quien predomine el locus de control externo, ni siquiera va a pensar en la posibilidad de poder estar haciendo algo erróneo en las elecciones de pareja. Simplemente va a creer que es todo fruto de la mala suerte.
Volviendo a nuestro tema.
Muchas veces las malas elecciones de pareja descansan en creencias disfuncionales que llevan a algunas mujeres a elegir a un señor de acuerdo a estas ideas preconcebidas, generalmente inconscientes y que conducen al fracaso.
Algunas de estas mujeres suelen decir que les gustaría conocer o relacionarse con un hombre al que describen como alguien corriente, bueno, común, pero cuando uno empieza a preguntar y a ir un poco más a fondo es posible ver que en realidad están buscando a un hombre extraordinario, que se destaque en algo, que las haga sentir especial, que sea diferente al resto, en otras palabras, que las complete. Con el hombre común y su previsibilidad se aburren. A todas nos puede pasar de conocer hombres aburridos, pero si los últimos diez que me presentaron me resultaron aburridos, tal vez este sea un buen momento de empezar a revisar mis expectativas en cuanto a ese hombre con el que me gustaría relacionarme.
¿Serán mis expectativas realistas, alcanzables?
Desde lo social, y desde lo familiar algunas veces también, todavía se alimenta la idea del amor verdadero como aquel primer encuentro único y especial casi tsunamico entre dos almas que se saben destinadas para siempre. “Lo vi y supe que era el amor de mi vida”. Frases como estas siguen en vigencia y no estamos diciendo que sean erróneas de ninguna manera. Lo erróneo es la generalización. El creer que siempre el amor llega con mariposas en el estómago. A veces sí. A veces no. Y es amor igual.
Al amor se puede llegar desde la amistad, desde el sexo, de a poco y sin darte cuenta, desde el primer día, y de tantas otras formas como encuentros entre personas hay. Y todas son igual de válidas y de verdaderas.
Si alguien tiene la creencia (la idea arraigada) de que el amor es eso que te pasa de manera espectacular y con alguien “extraordinario”, que te hace sentir única, pueden pasar dos cosas, que seas la presa de un psicópata, o que no te permitas conocer y construir una relación que podría llegar a ser de amor por ir tras la imagen de una figura idealizada, sustentada en una creencia que la favorece.
Cuando hablo de permitirse conocer a alguien, no me refiero a “cualquier persona”, asumo que lo que nos pasa con alguien está más allá de nuestra voluntad, hay algo que nos pasa con determinadas personas y no con otras, eso no lo cuestionamos.
El punto es reflexionar acerca de la creencia, la idea que tengo de cómo debe ser un hombre y que características debe tener para sentirme atraída por el mismo. Sin engañarme.
La pregunta es, ¿Estoy dispuesta a salir con alguien común, que me quiera, que me trate bien, me valore, o priorizo sin darme cuenta el que me haga sentir especial, el que sea seductor, que se destaque, etc.?
Alguien podría pensar que es muy racional lo que estoy planteando y que cuando alguien te gusta, te gusta y ya está. Si bien esto es cierto, también es cierto que en algunos casos es necesario desmenuzar esta idea, repasarla con mucha paciencia y detenimiento, porque esto le permite a muchas mujeres darse cuenta que ese hombre maravilloso, seductor, distinto a todos que puede aparecer en sus vidas para completarlas no es otra cosa que un “objeto idealizado,” y así van por la vida tras un ideal, que como todo ideal es inalcanzable.
Igual de importante es revisar el sentimiento de valía personal. El hecho de que una mujer sea independiente económicamente, que se desarrolle en su profesión, no determina que tenga una opinión de sí misma muy valorada y entonces necesitan ser elegidas y reconocidas por un “hombre maravilloso”, capaz de suplir todas las carencias.
Acá nos encontramos con que el hombre común no puede alcanzar estas expectativas, siempre queda por debajo, siempre le falta algo, o tiene unos kilitos de más, o se peina al costado, o sus gafas son demasiado gruesas. La formación de la pareja en estos casos está más ligada a la valoración personal que al compartir con el otro.
Por eso es importante que el otro sea “maravilloso” porque de esa manera me siento elegida por alguien “extraordinario”, y entonces mi autoestima “sube”. En estos casos la mujer intenta complacer al hombre para que la siga eligiendo, al punto de olvidar sus propias necesidades. Si la pareja termina vuelven a sentirse incompletas.
El círculo se realimenta.
En su libro, ”Mujeres sin pareja” la Dra. Graciela Moreschi habla de vínculos de pareja narcisistas.
¿Qué hacer en estos casos?
En primer lugar fortalecer la autoestima. El amor hacia uno mismo no es fruto de nuestro puesto de trabajo, nuestra profesión, nuestra pareja, o el tamaño de nuestra casa.
La opinión que tengo de mí mismo, el valor que me concedo es algo que se fue gestando a lo largo de nuestra historia de vida. La manera en la que nuestros cuidadores primarios, generalmente nuestros padres, nos hicieron sentir amados, apreciados, considerados. La forma en la que reforzaban las cosas que a sus ojos hacíamos bien, cuando celebraban nuestros logros, festejaban nuestros progresos y facilitaban nuestro sano desarrollo.
Todos estos son momentos que fueron esculpiendo nuestra autoestima. Del mismo modo, nuestros maestros, familiares y otras personas significativas también han influido en la formación de la imagen que tenemos de nosotros mismos.
Aquellas personas con una sana autoestima tienen menos tendencia a sentirse atraídas por personas “espectaculares”, o por el contrario por personas que las traten de acuerdo a como se sienten, en este caso, devaluadas.
La buena noticia es que el concepto de autoestima es moldeable, por lo tanto se puede trabajar y mejorar.
En segundo lugar, es importante revisar si las expectativas que tienes sobre un hombre con el que te gustaría relacionarte son realistas y alcanzables. Sin hacer trampa.
Con una autoestima sólida, con expectativas realistas ante lo que puedo esperar de un hombre, se está en mejores condiciones de toparse con alguien común, de carne y hueso, imperfecto como nosotros y con la misma ilusión que tienes tú de construir una linda historia de amor.
Hasta el próximo posti. ¿ Tu que crees que en el amor se tiene suerte o se trata de saber elegir?
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