La ansiedad usa muchos trajes y a veces se viste de “preocupación”.

La ansiedad es una emoción más y como todas las emociones cumple una función. La ansiedad es una respuesta emocional frente a una situación que percibimos como amenazante, es decir, la ansiedad se activa ante un peligro real o imaginario y nos prepara ya sea para huir, luchar, escondernos, etc. Si voy andando por la calle y me empieza a correr un enorme perro con cara de pocos amigos, es esperable que me asuste. En este ejemplo el temor es hacia un objeto real (el perro), pero que pasa si empiezo a sentirme preocupado por casi todo. Si por ej. me preocupa coger un avión, me preocupa que a un ser querido le pueda pasar algo, me da miedo enfermarme, o quedar sin trabajo, o sin dinero, o tener un accidente, etc. A veces sin darnos cuenta naturalizamos el hecho de vivir con miedo. Cuando no debería ser así….a menos que este temor esté justificado.

¿Cómo se manifiesta la ansiedad?

Se manifiesta a través de ciertos síntomas como por ejemplo, aceleración del ritmo cardiaco, sudoración, miedo a morir o a volverse loco, sudoración en las manos, miedo al descontrol, nauseas, mareos, entre otros; los síntomas fisiológicos varían de persona a persona. Si bien la manera en la que hace su aparición es bastante similar entre las personas lo que sí es muy diferente, es el mensaje que quiere comunicar, el ”para que” me está pasando esto.

Es importante consultar con un profesional de la salud mental cuando estas crisis se repiten, generan sufrimiento y empiezan a afectar distintas áreas de nuestra vida, ya que debe ser un profesional quien haga el diagnostico. Nuestra calidad de vida debe ser siempre un valor innegociable y siempre mejorable.

Si bien es un tema complejo para agotarlo en unas breves líneas y más teniendo en cuenta que las intervenciones y técnicas en psicología se ajustan a las necesidades y a la historia de vida de cada persona, pecando de reduccionista te voy a dejar una herramienta para que tengas en cuenta en caso de padecer una crisis de ansiedad, si ya has padecido una te será más fácil reconocer aquellas señales que indicarían la aproximación de la misma. En este caso te propongo que frente a estos primeros indicadores, inicies una respiración diafragmática.
Este tipo de respiración se lleva a cabo enviando el aire a la zona abdominal (en vez de a los pulmones), y los pasos para llevarla a cabo son:

Realiza inspiraciones profundas, que duren como mínimo unos 5 segundos.

Intenta retener el aire inspirado, sin expulsarlo, unos 3 segundos.

Expira el aire muy lentamente.

Para asegurarte de que realizas la respiración diafragmática de forma adecuada, pon tu mano sobre tu abdomen y comprueba que éste se eleva al inspirar. Al mismo tiempo (como una suave voz de fondo) nos recordaremos que esto que nos está pasando no es grave, que es ansiedad. La idea es aquietar la mente, centrándonos en la respiración y en las sensaciones corporales. No nos vamos a resistir a esa emoción, y vamos a centrar nuestra atención en cada uno de los síntomas, por ejemplo nos vamos a focalizar en el pulso cardiaco y vamos a conectar con las pulsaciones y las vamos a sentir sin asustarnos y sin pretender que desaparezcan, porque al querer deshacernos de las mismas las estaremos alimentando. Los síntomas se intensifican cuando los queremos eliminar. La mente es bastante paradójica, basta con no querer pensar en algo, para pensar en eso aún más. Sin prisa, centrados en la respiración, en cada uno de los síntomas y sabiendo que nada grave nos va a pasar, nos brindaremos todo el tiempo que necesitemos hasta que los síntomas vayan aminorando hasta desaparecer.

Luego nos felicitaremos, y más adelante te invito a que te hagas estas preguntas:

Intenta regalarte unos minutos, lee despacio y contesta sin prisa.

¿Es la primera vez que tengo un episodio de estas características? ¿Qué me ha pasado con anterioridad a este episodio de ansiedad? ¿Qué tienen en común los momentos en que aparece? ¿Estoy a gusto con mi vida, hay algo que quiero cambiar de la misma, como me siento en general? ¿Hubo cambios importantes? ¿He sufrido pérdidas significativas? ¿Alguien de mi círculo cercano se encuentra enfermo?
¿Por qué es importante hacerse estas preguntas?

Porque de lo contrario podemos pensar que estos episodios de ansiedad podrían deberse a un hecho casual, fortuito, debido al estrés por ejemplo y entonces pensar que con deshacernos de ella ya está. El punto es que si no llegamos a entender que es lo que nos quiere decir, sino conectamos con ella, sino la escuchamos , va a insistir hasta ser escuchada. Cuantos casos conocemos de gente que recurre a la medicación para aliviar la sintomatología y si bien desaparece en un primer momento, muchas veces con el tiempo, vuelve a manifestarse.
Esto sucede porque estos episodios de ansiedad están entrelazados con nuestra historia, con lo que hemos o estamos viviendo, es decir, con quienes somos, y solo haciendo un repaso sobre hechos importantes de nuestra biografía podremos encontrar la respuesta al “para que” nos está pasando esto”. No se trata de erradicar a la “malvada” ansiedad, sino de escuchar lo que tiene para decirnos y solo así, dejara de golpear a nuestra puerta para ser escuchada.

Ten presente que las emociones son las mejores herramientas que tenemos para saber qué nos pasa por dentro.

Como podemos ver detrás de la ansiedad se esconde el miedo, y como este puede ser despertado por muchísimas situaciones…Vaya si tiene trajes para usar.
Aprende a escuchar lo que la ansiedad tiene para decirte, solo así se ira.

Recuerda que al primero que tienes que complacer es a ti.

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