“En pareja con un psicópata”. “¿Por qué no lo deja?”
febrero 11, 2024
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¿Por qué se queda con el psicópata?

En este posti te invito a reflexionar sobre las características del vínculo complementario y psicópata, especialmente en la dificultad del complementario para salirse de esa relación que lo apaga y languidece.

Las ideas aquí desarrolladas obedecen a la investigación y al trabajo clínico del doctor Hugo Marietán.

Recordemos que por complementario definimos a la persona que puede estar en una relación de pareja, o convivencia con un psicópata. Complementario es aquella persona que tolera la tensión que generan estos seres. No cualquier persona puede tolerar la tensión que implica estar en un vínculo con un atípico.

Las personas allegadas al complementario como pueden ser amigos o familiares, suelen ser las primeras en darse cuenta y en advertirles que algo no va bien. Suelen empezar a notar un distanciamiento del complementario hacia ellos, aislamiento, desmejoramiento en su persona, mentiras, y al complementario como teniendo ojos solo para su psicópata.

Y es que literalmente es así, el complementario tiene su mirada puesta en el psicópata. Vive y piensa por y para él. Su vida gira en torno a la del psicópata. Cabe aclarar que esto se aplica a cualquier género. Tanto al psicópata como a la psicópata, y lo mismo con el concepto de complementario, como decimos, se refiere a la persona que forja un vínculo con un psicópata.

¿Cómo llega el complementario a ese estado de sumisión absoluta? Esa sumisión que embriaga a sus seres queridos de impotencia, rabia y dolor frente al desconocimiento de lo que está pasando, y que muchas veces se atribuye a una cierta falta de voluntad para dejar a una persona que solo genera sufrimiento y empobrece su vida.

Si bien el complementario no se despertó una mañana aburrido, y se dijo, “¿Cómo puedo amargarme la vida?, algo que tienen en común es el hecho de encontrar insulsas y desabridas las relaciones sentimentales con personas comunes. Esa apetencia por situaciones diferentes allana el camino al atípico. ¿Por qué? porque estos seres son diferentes, y el complementario sin darse cuenta percibe y queda cautivo frente al despliegue de la excentricidad del psicópata.

Sin entrar a describir la personalidad psicopática, pueden encontrar aquí en el blog distintos postis con este tema, recordemos que el psicópata no es un ser de angustia, y este hecho de ninguna manera es algo menor, ya que esta característica lo diferencia del resto de los mortales otorgándole una especie de seguridad, de autoabastecimiento, de robustez que para algunas personas puede resultar atractivo. En especial para aquellas personas que se encuentran más vulnerables, que tienen una insuficiente imagen de sí mismas, o como decíamos anteriormente están sedientas de experiencias nuevas y cautivantes.

Otra característica que facilita el camino hacia el psicópata es haber sido hijo de un genitor, o haber crecido con un atípico. En este punto es importante recalcar que allanar el camino no significa determinar el camino siempre y en todos los casos hacia el psicópata.

La persona que creció y se desarrolló dentro de una cultura psicopática incrementó la tolerancia a la tensión que estos seres generan, se encuentra más familiarizada a la misma, y a diferencia de otra persona que ante tanta tensión huye despavorida, esta persona se torna más proclive a quedarse.

Claro que esto no es suficiente para forjar un vínculo, pero puede ser una manera de entrar. Y cuando el complementario entra el psicópata empieza poquito a poco a realizar su trabajo sobre el mismo. ¿En qué consiste este trabajo del psicópata sobre el complementario?.

En primer lugar, en escucharlo, porque esa escucha le va a brindar al psicópata información valiosísima sobre la vida personal del complementario, sobre sus gustos, sus intereses, sus miedos, sus preferencias, especialmente sobre su lado vulnerable. Esta escucha, a diferencia de lo que puede interpretar el complementario, no está impulsada por el deseo genuino de conocer más al otro, si no por obtener información con la cual manipularlo según su conveniencia.

Como por ejemplo para seducirla ya sea comprándole aquel bolso que la complementaria le había comentado que le había gustado, exhibiendo de esta manera un comportamiento romántico, y en otra oportunidad recordarle que hace todo mal y que seguramente por eso no la tomaron en  aquel trabajo que le había mencionado.

De manera continua y sin ejercer violencia el psicópata tiene esa habilidad de subir a la complementaria al cielo, para luego bajarla a los infiernos. De hacerla sentir única y especial, para luego recordarle que no sirve para nada, y que todo lo que es y lo que tiene se lo debe a él.

El trabajo que ejerce el psicópata sobre la complementaria , es un trabajo fino como hecho con  bisturí, y a la medida de cada complementaria, recordemos que suele tener varias, ya que es infiel por naturaleza. Como podemos apreciar la complementaria no solo conoce el infierno al lado de un atípico porque de ser así se iría. De vez en cuando se siente en el cielo, pero el infierno la aguarda cautelosamente.

El psicópata regala una luna de miel, y luego sin temblarle la voz y como quien dice algo sin mayor importancia lanza un comentario devastador como por ejemplo, “No sirves para nada”.

Las descalificaciones, humillaciones, y vejaciones constantes que profesa sobre la complementaria con quien se relaciona cosificándola, es decir, quitándole el atributo de persona, y poniéndola en el lugar de una cosa, van mermando sigilosamente su autoestima.

A  medida que el tiempo y los años pasan, y a veces tienen que pasar muchos, la complementaria empieza a cansarse, los “buenos” y cada vez más escasos momentos no compensan los espantosamente malos, y en el mejor de los casos, puede empezar a escuchar la advertencia de sus allegados, puede empezar a jugar con la idea de dejar al psicópata.

Pero hasta que esto no suceda, es decir, hasta que la complementaria no empiece a sentirse tanto física como mentalmente agotada, apagada, estafada, engañada, usada, ultrajada, corrompida en sus valores personales, con apenas energía, no va a plantearse la idea de alejarse del mismo.

¿Por qué? porque el trabajo fino del psicópata sobre su persona la fue convirtiendo en su esclava psíquica. Esto explica la sumisión de la complementaria al atípico. Por eso la sordera ante la advertencia de los demás. La complementaria trabaja para creerle al psicópata y para estar con él.

En la relación entre un psicópata y una complementaria, esta última desempeña un rol activo para que la relación se mantenga.

Este es un aspecto que debe trabajar toda complementaria, porque la sumisión a un atípico la vuelve negligente cuando es madre, debido a que de tanto mirar al psicópata puede descuidar a sus hijos. Y no porque no los quiera, porque a diferencia del psicópata que no quiere a nadie, excepto a sí mismo, la complementaria quiere mucho a sus hijos, solo que al vivir por y para su psicópata desatiende su rol de madre.

Intentando responder a nuestra pregunta inicial de por qué la complementaria sigue a pesar de todo junto a él, podemos ver que no es por un capricho, o por falta de voluntad, si bien el tema es muy complejo y excede lo que podemos expresar en estas breves líneas, la complementaria que en un principio quedó fascinada por el esplendor de su psicópata, poco a poco y como consecuencia del trabajo del mismo sobre ella se fue convenciendo de ser una nada y de no poder vivir sin él.

Ni contigo ni sin ti.

El goce secreto de la complementaria.

Les comparto textualmente un extracto de la Revista Argentina de Clínica neuropsiquiátrica Alcmeón. Artículo del doctor Hugo Marietán.

El disfrute secreto

Desde la lógica común, uno se pregunta ¿qué hace esta persona con este psicópata? ¿Qué beneficios saca para continuar en esta relación? Razonando con parámetros lógicos comunes, no se comprende la permanencia de esa pareja. Aún si se analizan con el complementario las circunstancias que llevaron a hechos agresivos, y la manera de prevenirlos, éstos se repiten. Con esto quiero decir que el hacer razonar, el esclarecimiento del porqué suceden las cosas, en este caso, no sirve, porque el anclaje está en lo irracional.

El complementario muchas veces da la impresión de que se relaciona con el psicópata a través de la angustia, o sea que, siguiendo esta premisa, el anclaje sería displacentero. Pero, después de ver a muchos de estos pacientes complementarios, yo pienso que el anclaje es el disfrute, pero no el disfrute del sufrimiento. Es un disfrute inefable y donde el sufrimiento es un efecto secundario de ese disfrute. La persona complementaria nos trae la queja, nos muestra el ‘precio’ del goce, nos muestra el “chichón”.

Este tipo de disfrute es secreto, en el sentido de que suele ser desconocido (conscientemente) para el complementario, y a veces también para el psicópata. Pero hay algo allí que los une; tal vez en la “animalidad’, en lo irracional, haya un goce.

En ocasiones, por el discurso que tienen los complementarios, suelen relacionarlo con algún tipo de disfrute especial, con el sexo por ejemplo; pero eso no consigue justificar el pagar el precio de las humillaciones, las descalificaciones, la baja de la autoestima, el ‘deterioro’ de su ‘persona’. Algunos logran captar que con el psicópata pudieron desinhibir sus represiones; logran realizar lo prohibido.

Hasta el próximo posti y recuerda que si crees estar en una relación con un psicópata cotidiano, no dudes en pedir ayuda con un profesional que conozca del tema. Separarse de un atípico es una tarea difícil, ardua y muy dura, pero posible. Recuerda que hay vida después de un psicópata.

Puedes visitar mi canal de YouTube Betina A. Speroni.

Podcast Psicología Betina A. Speroni.