“Diferencia entre madre y genitora”
En este posti nos centraremos en un tema muy complejo, un tema del que es necesario seguir informándose y aprendiendo, con el fin de continuar divulgándolo, y de esa manera llegar a las personas afectadas por el mismo.
De acuerdo al modelo teórico de la escuela de Psicopatía del doctor y médico psiquiatra Hugo Marietán, definimos a la mujer psicópata en su rol de madre, como genitora. El concepto de genitora hace referencia a la mujer que porta el gen, esto que tiene que ver con la biología, pero que no desempeña la función de madre.
Recordemos que la función de madre es eso que conocemos como maternaje, simplificando podemos definir esa función como el cuidado, la protección, y el amor que la misma le brinda a sus hijos, a sus retoños, a la prole.
La mayoría de las madres aman a sus hijos por sobre todo, no exageraría si dijera que por sobre sus propias vidas también. Las madres comunes velan por el buen desarrollo y el bienestar de sus hijos. Bienestar es ese bien estar, es ese estar bien donde sea que nos toque estar, y la madre común está atenta y observante de si sus hijos están bien o no, y de cuáles son sus necesidades, para de ese modo y en la medida de lo posible, satisfacerlas.
¿Qué pasa con la “madre” psicópata?
En principio aclarar que todo lo aprendido sobre la personalidad psicopática, sobre el psicópata cotidiano, se aplica de igual manera, como siempre decimos a la mujer psicópata. Solo que en este posti nos vamos a centrar en el comportamiento de la mujer psicópata en su rol de madre.
Si quieres profundizar más sobre el tema puedes ver un video del doctor Hugo Marietán en YouTube sobre esto que estamos desarrollando.
La genitora como es una psicópata establece con sus hijos, así como con el resto de personas relaciones utilitarias, sus hijos le pertenecen, forman parte de su patrimonio, y en esa relación no hay un lazo afectivo, de amor genuino y desinteresado. Por consiguiente, se hace presente la negligencia en el cuidado y la protección de los mismos.
Recuerdo hace muchos años escuchar a la hija de una de genitora, ya una mujer adulta y madre en ese entonces, decir que cuando todavía ella y su hermana eran niñas, ambas por debajo de la mayoría de edad, y su hermana cursando la escuela primaria, su genitora con naturalidad y frialdad emocional le dijo que se tenía que ir de la casa porque necesitaba un cambio en su vida, dejándolas a ambas sin la tutela, protección o cuidado de un adulto mayor.
Citando a Hugo Marietán decimos que el traje de madre le queda grande a la genitora.
La genitora busca la utilidad de los hijos independientemente de la edad de los mismos. Muchas veces, cuando los hijos son pequeños sobre todo cuando se encuentran en edad escolar, la genitora estudia y observa los intereses de cada uno de sus hijos, pero no desde un interés genuino, si no para extorsionarlos más adelante sabiendo qué le gusta a cada uno.
En las familias donde hay una genitora se nota el uso del poder de la misma por sobre el padre, y hacia los hijos. Los hijos deben hacer lo que dice la madre. En la casa de una psicópata reina un cierto orden, y muchas veces los chicos son educaditos, y hasta muy aplicados en los estudios como un intento de ser queridos, valorados, reconocidos. A veces, son chicos sobreadaptados.
Cuando el grupo familiar está bajo el mando de una genitora los hijos crecen siendo testigos de la descalificación de la misma sobre el varón, por consiguiente, van construyendo la imagen de un padre debilitado frente al ser de poder que es la genitora. En estas familias el padre queda como a un costado en la relación de poder que se establece en la familia.
“Allí donde la luz no alumbra, tal vez alumbre la sombra”. Roberto Juarroz.
Una particularidad a tener en cuenta por parte de la genitora es el “humor” que usa con sus hijos.
Recuerdo también hace muchos años a la hija de una genitora comentar que tanto a ella como a sus hermanitos, todos de muy corta edad, los solía asustar escondiéndose en diferentes lugares de la casa, y apareciendo de repente con un explosivo grito, que se transformaba en carcajada frente al pavor de los menores. El humor psicopático. Generador de terror, y de reírse a expensas del otro, en estos casos de sus propios hijos.
Una cosa es reírse con los hijos, hacer una broma, hasta podríamos entender que una madre en su afán de hacerlos divertir los “asustó” sin que esa fuera la intención, pero en ese caso el freno está en la angustia del niño, al percibir a su hijo asustado y acongojado, una madre común se lamenta, se disculpa e intenta reparar el dolor causado, pero si disfruta del sufrimiento de sus hijos, y de verlos atemorizados estamos frente a una estructuración psíquica diferente.
“Nunca nadie me dijo que el dolor se sentía como se siente el miedo. La misma tensión en el estómago, el mismo desasosiego”. Clive Staples Lewis.
Los hijos para una genitora suelen ser como una carta de presentación ante los demás, por tal razón, cuando los chicos son muy pequeños, y especialmente esto suele pasar con las niñas, la genitora puede vestirlas, y hacer que luzcan ante los demás como auténticas muñequitas, como diciendo, “Que bien está mi niña, que excelente madre tiene”, esto frente a la galería, mientras que puertas para adentro reina el abandono emocional, y una carencia absoluta de empatía que hace imposible el reconocimiento de las necesidades de sus hijos en las diferentes etapas evolutivas del crecimiento.
Muchos hijos como consecuencia de la presión interna entre el querer ser alguien, desarrollarse, expandirse, y por otro lado, el freno de la genitora ante ese desarrollo vital se enferman física o mentalmente, y esto sucede cuando ese cerebro esa mente no toleró la lucha interna, entre esa fuerza interior que puja por ampliarse, y formarse a su manera, cuando choca con la pared de la genitora ante el desarrollo natural del chico. Esto puede producir un quiebre de la armonía psíquica.
Son niños que crecen con ese abandono emocional muy fuerte, y esta circunstancia allana el camino para el desarrollo de inseguridades, miedos, de una devaluada imagen de si mismos, muy por encima de los miedos, e inseguridades del grueso de la población. Muchos de estos niños deambulan como errantes por distintas casas de familiares, o amigos en busca de afecto, y de hecho algunos se independizan muy temprano, son los que logran salir del mando del sol negro.
Es bastante común que la genitora utilice a sus hijos para extorsionar al padre, ya sea retaceándole los menores al padre, o predisponiéndolos negativamente en contra de él.
Otra característica común de la genitora es escudarse en la muy arraigada creencia de la madre como figura abnegada, y sagrada que lo da todo por sus hijos, y entonces cuando un hijo se le resiste le reprocha todo lo que ha hecho, dado, invertido, y sacrificado por él.
El pase de factura es muy común tanto en la genitora como en el genitor, solo que en el caso de la mujer psicópata se refugia en el intachable rol de madre en el que paradójicamente fue negligente y descuidada. “¿Cómo puedes hacerle eso a tu madre?”, “No olvides que soy tu madre”, y en nombre de este rol exige y ordena.
De esta manera se victimiza, hace uso de la defensa aloplástica, según la cual la culpa se pone afuera, ella no se responsabiliza por nada, por consiguiente ella nada tiene que cambiar, y sigue trabajando para sí misma.
Como mencionaba más arriba este es un tema muy complejo, nada está cerrado, y hay que seguir estudiando e investigando, para echar luz sobre esta problemática, y de esa manera, salir de la tiniebla de la ignorancia.
“No hay tinieblas sino en la ignorancia”. William Shakespeare
La psicopatía es un hecho social, nos afecta a todos.
Hasta el próximo posti y recuerda que puedes visitar mi canal de YouTube Betina Speroni.
Podcast Psicología Betina Speroni.