“Muchas veces tenemos por amor lo que es verdadera desgracia”. (William Shakespeare)
Todos estamos de acuerdo en que los padres quieren ver a sus hijos felices, y muchas veces, parte de ese bienestar viene de la mano de una relación sentimental, otras veces, sin embargo, el “amor” trae calamidad.
En este posti te invito a reflexionar sobre aquellas relaciones amorosas que embarcan a los hijos hacia su ruina personal. Es decir, cuando un hijo o una hija, el género es indistinto por supuesto, está en pareja con un psicópata cotidiano. Como siempre les señalo todo el material que les comparto sobre psicopatía se basa en los lineamientos teóricos del psiquiatra Hugo Marietán especialista en psicopatía, con quien he realizado dos diplomaturas.
Es importante diferenciar al psicópata cotidiano del psicópata forense, a este último el acto psicopático grave, o la tormenta psicopática lo define inmediatamente, a diferencia del psicópata cotidiano que se encuentra camuflado entre las demás personas, y puede ser desde un vecino, o un padre de familia, o un jefe, o un familiar. El funcionamiento de ambos es el mismo, lo que cambia entre uno y otro son las necesidades especiales, el psicópata es un ser de poder, pero el psicópata cotidiano a diferencia del psicópata forense no tiene la necesidad especial de matar, o de violar, etcétera.
¿Qué hacer si sospechamos que un hijo sale con un psicópata? ¿Hasta dónde podemos intervenir, y hasta dónde no?.
Para contestar esta pregunta tenemos que entender que nadie elige salir con un psicópata. Nadie dice, “Me estoy enamorando de un flor de psicópata, y me encanta como es”. Tanto la mujer como el hombre que forma pareja con un psicópata cotidiano, siente que conoció a un ser especial, a un ser distinto, y en esto no se equivoca, porque efectivamente está con alguien distinto. No está con una persona común.
Y este ser atípico empieza poco a poco a ganarse la confianza de dicha persona, a conquistarla, a realizar sobre la misma un trabajo fino, sutil, casi imperceptible, y sin usar la violencia, no la necesita, ya que puede ejercer el control sobre el otro, y doblegar su voluntad, sin llegar a ser un violento, como ya dijimos el psicópata es un ser de poder, no es un violento, lo cual no quita que en algunos momentos recurra a la violencia, para recordar que es él o ella quien manda, y quien tiene el poder.
El circuito entre el psicópata, y la complementaria, es diferente al circuito entre el golpeador y la golpeada.
Como consecuencia del trabajo fino que hace sobre su pareja, va consiguiendo poco a poco la sumisión de la misma, hasta convertirla en su esclava psíquica, en alguien que piensa, hace y vive solo por y para él.
Ya para ese entonces el psicópata está enquistado en la psiquis del complementario. Recordemos que llamamos complementario a la persona que forma pareja con un psicópata, hacemos esta salvedad porque no cualquier persona puede estar en una relación con un ser así debido a la tensión que genera, con el consiguiente desgaste físico y emocional que este tipo de vínculos conlleva.
Durante ese trabajo fino, la mayoría de las veces, los familiares y amigos empiezan a ver cosas que no les gustan, como desaires, malos tratos, descalificaciones, puede que lo perciban como a alguien soberbio, que solo piensa en si mismo, que descubran mentiras, engaños, y por consiguiente adviertan a su hija/o, amigo o familiar de lo que ven. ¿Y qué pasa?.
Pasa que hasta que el sufrimiento no sea mayor al beneficio de estar al lado de un atípico, el complementario lo va a justificar.
Hasta que el circuito complementaria y psicópata no está desgastado, hasta que la complementaria no está cansada, agotada física y emocionalmente, con menos energía, con su autoestima socavada, sintiéndose usada, y en muchos casos, descartada por el psicópata, es poco probable que pida ayuda.
Y muchas veces, el pedido de ayuda de la complementaria se traduce en querer conquistar nuevamente a su psicópata, quien ya se puede encontrar ejerciendo su psicopatía en otro vínculo.
Lamentablemente, en estos casos, cuando el circuito entre complementaria y psicópata todavía no se encuentra desgastado, por mucho que se le diga a la complementaria, que se le que se le advierta, que se le ruegue, no va a servir de mucho. ¿Por qué? porque está encandilada, en una especie de fascinación, que confunde con amor, y que por supuesto no lo es, pero la persona equipara la montaña rusa emocional, producto de la intensidad del psicópata, a las “mariposas” del amor. Y entonces justifica una y otra vez los comportamientos de su psicópata.
“Los ojos se acostumbran a ver en la oscuridad”. Anónimo.
La complementaria podrá empezar a sospechar que está con alguien que no le hace bien, que la está perjudicando, y enfermando, recién cuando el sufrimiento, el cansancio y el agotamiento mental empiezan a ser mayores que el beneficio que recibe por estar al lado de un ser con estas características. ¿Cuál es el beneficio de estar con un psicópata cotidiano?.
El beneficio es irracional y tiene que ver con el anclaje que el complementario tiene con su psicópata. Más allá del enganche sexual, que algunas complementarias tienen con su psicópata, no siempre es así, o el bienestar económico que puede propiciar, hay un beneficio más inconsciente que muchas veces ni los mismos complementarios llegan a percibir una vez terminada la relación.
Esta frase que les comparto refleja muy bien el pensamiento de algunas complementarias, luego de terminar una relación con su psicópata, y de encontrarse totalmente hundidas, y quebradas emocionalmente, “Me pregunto si me recuerda siquiera un poco, muchas veces lo he rogado, en la oscuridad de mi noche, en la claridad de mi día”.
Como bien refleja este pensamiento, a pesar de los pesares vividos con el psicópata la complementaria lo extraña, y vive su ausencia con mucho sufrimiento.
¿Qué puede hacer un padre, un amigo o un familiar si sospecha que la persona está con un psicópata?.
La sola sospecha de que su hija pueda estar con un psicópata cotidiano, es una buena señal porque muestra que se tiene presente el concepto de psicópata cotidiano, y a partir de ahí se podrá buscar información sobre el tema. Informarse es el primer paso.
En primer lugar, es preciso aprender sobre el comportamiento de estas personalidades, sobre el circuito complementaria y psicópata, sobre el anclaje que la complementaria tiene con su psicópata, sobre la captación de las necesidades y vulnerabilidad que este atípico hizo sobre la complementaria. Sin esta información es imposible entender lo que está pasando.
En segundo lugar, es fundamental transmitirle a la hija/o que siempre se estará dispuesto a escucharles, a apoyarlos, y a recibirlos cuando lo necesiten. Dejar a un lado las amenazas, como por ejemplo, “Si no lo dejas olvídate de nosotros”, “Ya te lo hemos advertido después no vengas a llorar”, “No se entiende que puedas estar con alguien así, quiérete un poco, mírate en lo que te estás transformando”.
Este tipo de comentarios no ayudan en absoluto. Lo cual no quita que como padres puedan mostrarles su preocupación y lo que ven, pero en el caso en que la hija ya sea mayor de edad, hay que entender que es su decisión estar con alguien así. No podemos separarla a la fuerza.
¿Y entonces tengo que ver como mi hija se arruina la vida sin que se pueda hacer nada?.
Lo que no podemos hacer, ojalá fuera posible, es separarla del atípico, lo que sí pueden hacer los padres es informarse sobre el tema, escucharla, dejar siempre la puerta abierta para cuando decida volver, no ceder a lo que los psicópatas cotidianos quieren hacer y esto consiste en separarla de sus padres, de sus amistades, para de esta manera tener un mayor control sobre la complementaria.
Por lo mencionado es importante no dejarla sola como padres, porque esto es lo que busca el atípico. Por consiguiente, es necesario transmitirle que siempre se estará para ella, sin olvidar que hasta que el costo no sea mayor al beneficio de estar junto a un ser tan oscuro, no se va a romper el circuito complementaria y psicópata.
Para finalizar este posti, les copio la carta de una complementaria que compartió el psiquiatra Hugo Marietán en su página web.
“El hartazgo de la complementaria”
Me canse de soñar con un mañana distinto
Me canse de esperar que sus brazos me añoren tanto como los míos añoraban los de él
Me canse de escuchar sus mentiras
Me canse de creerlo indefenso
Me canse de pensar que le hacia un bien
Me canse de creer que podríamos ser
Me canse de vivir a su merced
Bajo estados de tensión
Bajo malestares estomacales
Me canse de ser quien lo tenia un momento Y que se vaya a los dos minutos de haberme hecho el amor
Me canse de escuchar el teléfono sonar
Y de verlo disimular y mantener conversaciones sospechosas
Me canse de mimarlo siendo que nunca se quedaría
Y me canse de él al fin
De sus puntos suspensivos
De su mente cuadriculada
De sus ideas extrañas y egoístas
Me canse de no encajar en su vida
De su seducción abrumante
Y sus ganas de ser siempre importante
De sentirme una cosa a su lado
Me canse de serle útil
de escucharlo y sentir que nunca me escuchaba
Y de todo aquello que me daba sin dármelo
Me canse de no tener seguridad
Y de amarlo con falta de amor
Me canse de esperar sentirlo más de lo que me permitió
Me canse de que use mi necesidad y sed por amor
Para romperme los sueños y la dignidad
Me canse de sus humillaciones y su falta de cariño
De su mirada vacía
De sus maneras escondidas para lograr lo que quería
De sus llamadas suspendidas que nunca llegaban
De su locura olvidada en un pasillo
De su necesidad por mí
Me canse de ser ESO.
Hasta el próximo posti y recuerda la importancia de estar siempre para cuando tu hija/o se desvincule de un psicópata cotidiano.
Puedes visitar mi canal de YouTube Betina A. Speroni.
Podcast Psicología Betina Speroni.