Las palabras crean realidades
Si en la vida vamos a evitar algo que sea el sufrimiento. No estamos diciendo el dolor, el cual es inevitable. Si vamos a evitar algo que nunca sea el hacer algo por miedo a no hacerlo bien.
En este posti te invito a reflexionar sobre la importancia de confiar, creer y apostar en nosotros mismos. La falta de confianza básica en nosotros mismos nos va a impedir ver nuestros recursos y herramientas a la hora de afrontar una situación nueva, de armar un proyecto, de perseguir un sueño, de querer superarnos, de sentirnos merecedores del amor de alguien, y al mismo tiempo de considerarnos capaces y valiosos para amar a otro.
¿Cómo puede sentirse alguien que no está a gusto consigo mismo, que no siente que está a la altura de los demás, que se sabe inferior, que no se considera alguien valioso, ni interesante, por consiguiente, sin nada para dar?, ¿Qué tipo de relaciones puede construir alguien que se siente el último orejón del tarro?, ¿Qué clase de personas va a elegir ya sea para construir una relación sentimental, o para una amistad, o para lo que decida?.“Si nuestro pensamiento queda empantanado por significados simbólicos distorsionados, razonamientos ilógicos e interpretaciones erróneas, nos volvemos, en verdad, ciegos y sordos”. A. Beck.
Esta sensación de insuficiencia, de no ser capaz, de no poder, se acompaña de pensamientos como por ejemplo, ”Mejor no le digo nada, seguro que me rechaza”, “¿Para qué me voy a presentar a la entrevista si no me van a llamar”, “Meterme en una carrera, no, eso no es para mí”. Y entonces aparece la evitación. El famoso, “Mejor no lo hago”.
Y esto es solo “mejor” en un primer momento, ya que produce alivio, es como si nos dijéramos, “Qué suerte me saqué de encima tal o cual situación”. Pero los problemas no se resuelven huyendo de los mismos sino afrontándolos. Como podemos ver la evitación como solución fallida no resuelve nada y además ayuda para que el problema persista.La evitación no está a la altura de lo que promete. No cumple su promesa. La evitación intensifica el problema. La evitación como una señal de stop nos obliga a detenernos.
En la vida si vamos a detenernos, que sea solo para descansar, no por miedo a no saber hacerlo.
“Para y date una oportunidad”. A. Beck.
Si nos vamos a detener que sea para aprender, para buscar información que nos ayude a hacerlo mejor, para tomar fuerzas y seguir avanzando. No importa como nos salga, no importa como nos quede, si lo hicimos con amor, con ganas y dando lo mejor de nosotros, está muy bien.Como dice Giorgio Nardone, “Si vas a evitar algo evita evitar”. Hay que tomar del miedo la prudencia. Y al resto transformarlo en coraje. Como hacen los valientes. Los valientes lo hacen a pesar del miedo.
A veces, nos falta la audacia y el coraje necesarios para dejar la orilla y adentrarnos en el mar de la vida. No importa si a veces las olas nos tiran, lo importante es levantarnos, sacudirnos la arena y seguir.
Descansar cuando sea necesario y seguir. Permitirnos estar mal, tristes y un poco rotos cuando toque, y luego seguir. Aprender a reconocer nuestros aciertos y logros, quedarnos un rato disfrutando de lo conseguido, y luego seguir.
Si en el mar de la vida nos apegamos y no salimos de la orilla, estamos desperdiciando la vida.
Confiar en nosotros mismos. Percibir nuestros propios recursos. Sentirnos capaces y ni por debajo ni por encima de nadie, es algo que nos va a permitir levantarnos cada vez que la vida nos tire.Al nacer, o siguiendo el pensamiento de Heidegger “cuando somos arrojados al mundo” en ese estado de indefensión completa, y de absoluta vulnerabilidad, y por tanto, sin ningún tipo de armaduras porque todavía no hemos desarrollado mecanismos de defensa, nos encontramos en un estado de suma fragilidad, en ese momento y antes de nacer también, ya ocupamos un lugar en la vida de nuestros padres. Ya hay algo que ellos desean para nosotros, o que no desean.
Si bien pueden ser nuestros padres o cualquier persona que desempeñe esta función, la parentalidad es una función, hay tres cosas básicas que si ellos nos brindan van a favorecer la creación de una validada representación de nosotros mismos, de quienes somos, es decir, de esa imagen que nos vamos a formar de nosotros como alguien valioso, amado e importante.
Esas tres cosas son amor, validación y disponibilidad. Si al amor incondicional de los padres, recordemos que el único amor incondicional es el de padres a hijos, en las demás relaciones hablamos de reciprocidad, soy muy machacona con esto, le sumamos el reconocimiento y la validación hacia sus hijos, y además el estar disponibles para ellos, es decir, el brindarles tiempo en la medida de lo posible, no se trata de estar disponibles las veinticuatro horas del día, se trata de darles y darse como padres un tiempo para disfrutar con ellos.Estas tres cosas van a favorecer, como decíamos, la creación y el desarrollo de una sana autoestima. Si por los motivos que sean algo de esto falta, no estamos determinados a morir sintiéndonos el último orejón del tarro. Esa imagen, representación interna, que nos hemos ido formando de nosotros mismos es moldeable.
Si nos ha faltado amor de niños, ahora es nuestra responsabilidad tratarnos amorosamente, si no nos han validado lo suficiente, ahora es nuestra responsabilidad reconocer nuestros aciertos y logros, si no han estado muchas veces disponibles, ahora es nuestra responsabilidad, hacernos un tiempo para nosotros, para silenciarnos, para escucharnos.
Basta de culpar a los demás, ¿Y si empezamos a trabajar esos personajes que ahora son interiores?
Hasta el próximo posti y recuerda que hacer de nuestra vida un lugar más agradable es responsabilidad nuestra. Solo nuestra.
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