“La psicopatía no es una enfermedad. Es una forma de ser”
En este posti aclaramos una duda bastante frecuente acerca de si el psicópata tiene alguna posibilidad de cambiar, o si hay algún tipo de tratamiento. Y la respuesta es no.
Para todos a los que les interese y quieran aprender sobre psicopatía el texto de Kurt Schneider, “Las personalidades psicopáticas” es de mucho valor. La mayoría de estos autores históricos abordaban el tema de la moral en el psicópata, se preguntaban, ¿conoce lo bueno y lo malo? Hoy sabemos que sí. El psicópata sabe lo que está bien y lo que está mal. Por eso ante la ley es punible, pero acciona según lo que le convenga a él para alcanzar sus objetivos.
Los pioneros en el estudio de la psicopatía decían que el psicópata parecía inteligente, y que se podía desarrollar en varios aspectos, pero observaban que fallaba en lo moral, y trabajaban en ese punto.
Kurt Schneider, definía distintos tipos de psicópatas, pero desde la escuela de psicopatía del Dr. Hugo Marietán no hablamos de distintas categorías si no de una sola psicopatía.
Schneider cuando se refería al psicópata desalmado decía que a lo largo de su vida, es decir, desde pequeño, luego de adolescente y llegado a la adultez, se comportaba de igual manera, que no cambiaba nunca.
Ya en el año 1923 se plantó esta posición de que el psicópata nace.
A día de hoy, no sabemos por qué ni cómo nace así. No se sabe qué factor hace que el psicópata nazca de esa manera.
Seguramente en algún momento la genética y los estudios de genoma podrán dar una respuesta.
Por otro lado, sí, se sabe que es extremadamente raro que de un padre psicópata nazca un hijo psicópata, o de un abuelo un nieto. El Dr. Marietán en sus más de veinte años de trabajo clínico y de investigación, nunca vio un caso en el que se haya dado que de un padre o madre psicópata nazca un hijo psicópata.
La psicopatía no es hereditaria. Otra característica es que la psicopatía no deviene de un proceso ambiental. El ambiente no puede hacer a un psicópata. El medio ambiente en el que se cría un niño no puede hacer un psicópata, ni el estilo de vida, ni estar provisto del amor y los cuidados necesarios previene de la psicopatía.
Tenemos el caso de Robledo Puch, el mayor asesino serial de la historia argentina, que creció en el seno de una familia de clase media trabajadora, era hijo único, sus padres le querían mucho, él mismo reconoció que sus padres le querían y eran buena gente. Su madre nunca dejó de visitarlo en la cárcel.
Kurt Schneider decía que el ambiente le sirve al psicópata para camuflarse, para ocultarse. Porque el psicópata a lo largo del tiempo va aprendiendo de algunas manifestaciones de su propia conducta que resultan agresivas para las demás personas, y le sirve para hacerse el bueno, el agradabe, etc.
Resumiendo, podemos decir que el ambiente no genera al psicópata, pero el ambiente le sirve al psicópata para ocultarse.
Como podemos ver el psicópata nace así, y no cambia a lo lago de su vida. Este es un punto muy importante que hay que trabajar con la complementaria (la persona que puede formar pareja con un atípico, y por consiguiente aguantar la tensión que estos seres generan) decía que es un punto fundamental que hay que abordar con la complementaria porque la misma alimenta la esperanza vana con respecto al psicópata, y esta esperanza la lleva a creer que en algún momento él se va a dar cuenta del daño que genera en las otras personas y va a modificar su accionar.
La complementaria insiste frente a toda evidencia en creer que el psicópata en algún momento va a cambiar, aunque el patrón conductual básico del mismo se repita una y otra vez.
El psicópata sabe intelectualmente el daño que causa a los demás, solo que a diferencia de una persona común él se protege haciendo uso de la cosificación, es decir, le quita al otro el atributo de persona, de sujeto con necesidades propias, y entonces lo ve como a una cosa, razón por la cual, el psicópata no se relaciona con personas en tanto individuos, sino con personas “cosas” con quienes puede hacer y deshacer a su gusto.
El uso de la cosificación le permite hacer con el otro lo que le venga en gana, según le sirva a él para alcanzar sus objetivos. Y cuando el otro ya no le sirve más lo descarta, sin ningún tipo de miramiento, ni remordimiento, ni culpa.
Recordemos que el psicópata no siete culpa frente a sus actos psicopáticos. Frente a los mismos él siente haber hecho lo que tenía que hacer, sin importarle el impacto que esto pueda tener en los demás.
Hasta el próximo posti y recuerda no alimentar la esperanza vana si estás o sospechas estar en una relación con un atípico.
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