“Personas que no aceptan un no”. “Rigidez de pensamiento”
Si invito a una amiga a mi cumpleaños y por el motivo que sea no puede venir, de verdad, no pasa nada. La quiero de todas maneras. Quedaremos para vernos otro día. Nuestra amistad está intacta. ¿Cuál es el problema?.
Si invito a una amiga a mi cumpleaños y por el motivo que sea no puede venir, y a mí no me sienta bien que no pueda venir, entonces no la estoy invitando, la estoy obligando a venir. Una buena respuesta de mi amiga en esta segunda situación sería, “Pensé que era una invitación, no una obligación”.
En este posti reflexionamos sobre la importancia que tiene la flexibilidad mental a la hora de valorar las situaciones del día a día. Lo contrario, es la rigidez mental, es decir, el creer que las cosas tienen que ser de una determinada manera y no de otra. Siguiendo con nuestro ejemplo sería algo así como, “si te invito a mi cumpleaños, tenés que venir porque para mí es muy importante que tú estés ese día. Y punto”.
Como si en la asistencia de esta amiga al cumpleaños se jugara la amistad. Como si existiera el catálogo de los buenos amigos. Como si solo los amigos que aceptan las “invitaciones” valen la pena. Como si un no fuera suficiente para distanciarme de alguien. Como si un amigo siempre tendría que estar disponible el día de nuestro cumpleaños.
El afecto y el cariño genuino que tiñe la relación entre amigos es demasiado profundo para reducirlo a una “invitación”. Ta vez, sea esa profundidad la que permita que la amistad trascienda el que no pueda estar cuando a mi me gustaría, y aún así, sentir que le queremos igual.
Asumimos que toda relación sana está basada en la reciprocidad, en ese casi armónico ida y vuelta, dentro de una relación simétrica entre dos que se eligen ya sea para compartir la vida, o una amistad, o lo que sea que decidan compartir. En los casos en los que la otra persona nunca está, deberíamos platearnos para qué seguimos ahí. De estos últimos casos no estamos hablando aquí.
La rigidez de pensamiento torna ásperas y tirantes las relaciones personales, por la dificultad en incorporar otra perspectiva a lo que se está planteando. Por lo tanto, la pulseada con la realidad, con el otro, o con lo que sea que no es como se espera, está servida en bandeja de plata.
“Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio descansa nuestra capacidad de elegir la respuesta, y en esa respuesta se asienta nuestra libertad y nuestro crecimiento”. Viktor Frankl.
Si he quedado con mi tía y cancela la cita, no pasa nada, la quiero igual, ya arreglaremos otro día. Si esto no es algo que mi tía hace todo el tiempo, no reviste mayor importancia. Es algo que en otras circunstancias también me puede pasar a mi.
Sin embargo, algo tan cotidiano y sin mayor importancia, puede convertirse para alguien con rigidez de pensamiento en un torbellino de reclamos, de idas y vueltas, de proponer otros horarios, otro lugar, ¿Cómo puede ser que no podamos quedar?, y finalmente enfadarse, en definitiva, estamos frente a la dificultad de aceptar un no. Un no puedo. Un se me complicó. Un me surgió otra cosa.
“La suavidad y la flexibilidad están íntimamente relacionadas con la vida, mientras la dureza y la rigidez están asociadas a la muerte.“ Anónimo.
Siguiendo con nuestro ejemplo, que es muy ilustrativo porque lo podemos pensar en otro tipo de vínculos afectivos. Que mi amigo no pueda venir, o no tenga ganas de venir porque tal vez, esté atravesando una situación desagradable, o tenga migrañas, o no le apetezca salir de su casa, no significa que ya no me quiera, que nuestra amistad no sea nada para él, o que se pase de mí.
En todo caso, significa que el día de mi cumpleaños no podrá estar presente.
Si como decíamos anteriormente, alguien sistemáticamente antepone otros planes, la cuestión es otra. Pero que a veces no pueda, o no tenga ganas de verme, forma parte natural de cualquier relación. ¿Dónde está escrito, en qué sabias escrituras dice que siempre debemos estar con ganas de ver a un amigo, o a nuestra pareja, o algún familiar? ¿Quién a veces no tiene ganas de estar un poco guardado? ¿A quién a veces no le apetece pasar tiempo con la familia, o con amigos, o con colegas sin que eso signifique que hay un problema en la relación?
“Nuestra percepción actual es solo una forma de ver las cosas Y cuantas más perspectivas investiguemos mejor será nuestra comprensión”. Lou Marinoff.
Muchas veces en la vida las cosas no van a salir como queremos. Otras tantas veces las personas no van a actuar como nos conviene, o deberían, o quisiéramos que lo hicieran.
La mayoría de lo que nos sucede escapa a nuestra voluntad. Está más allá de nuestro control. Por consiguiente, la capacidad de adaptarnos a la variabilidad e imprevisibilidad de los acontecimientos es un superpoder, cuando la flexibilidad no sea algo muy desarrollado en nosotros merecerá la pena trabajarla para construir relaciones más sanas, y gozar de una mejor calidad de vida con menos malestar emocional.
Todo aquello que es demasiado rígido tiende a romperse, a quebrarse, a diferencia de lo que sucede con aquello que tiene plasticidad, que puede moldearse, y de esa manera adaptarse a las cambiantes circunstancias.
“La vida es extraña, tantas cosas ocurren inesperadamente; la mera existencia no resolverá ningún problema, uno necesita tener infinita flexibilidad y un corazón sencillo”. Jiddu Krishnamurti.
Hasta el próximo posti y recuerda la importancia de alimentar la flexibilidad del bambú en vez de la rigidez del roble.
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