Encadenados a la comida
febrero 21, 2022
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¿Qué significa la comida para ti? ¿Cómo es tu relación con la comida?

La idea de este posti es reflexionar sobre la relación que tenemos con la comida. La idea es pensar el significado que tiene el comer para cada uno de nosotros. ¿Cómo describirías tu relación con la comida? ¿Consideras que tienes una relación sana, de dependencia, de esclavitud, de control excesivo, o de descontrol?

El hambre es una necesidad, y como toda necesidad necesita ser satisfecha, de esto no hay ninguna duda. La pregunta es, ¿Solo comemos para satisfacer esta necesidad biológica?

Todos hemos escuchado o nosotros mismos hemos hecho comentarios como, ” lo comí para no tirarlo”, “lo comí porque estaba ahí”,  “llegué agobiada después de un día duro de trabajo y me apetecía comida chatarra”,  “como cuando me siento mal”, y un largo etcétera.

Mala relación con la comida

Quienes hacen estos comentarios, en su mayoría, por no decir todos, saben sobre los beneficios de llevar una alimentación saludable, balanceada y ordenada, y como bien reflejan estos ejemplos, contar con dicha información no es suficiente para llevar a cabo una dieta saludable. De lo contrario no existiría la obesidad, como ninguna otra adicción.

No estoy diciendo, por supuesto, que nadie pueda sostener a lo largo del tiempo, o adoptar como una filosofía de vida una alimentación sana, disciplinada, ordenada y disfrutar de la misma, pero los altos índices de sobrepeso y obesidad dan cuenta de la gran dificultad de satisfacer esta necesidad biológica (el hambre) de una manera saludable, y sin caer en malas prácticas alimentarias, o controles excesivos que la mayoría de las veces conducen al descontrol.

“El verdadero control es aquel que admite cierto grado de descontrol”. Giorgio Nardone.

La comida como alivio al malestar

Evidentemente cuando hablamos del hambre como necesidad nos quedamos cortos si solo lo pensamos en términos biológicos.

La comida tiene un significado propio para cada uno de nosotros, y en esa relación con la comida entran en juego nuestras emociones.

Comer es un acto innegablemente gratificante, y empezamos a estar en problemas ya sea cuando nos negamos ese placer, o cuando no se está pudiendo encontrar otras fuentes de gratificación.

Si pensamos en la primer relación que tuvimos con nuestros cuidadores primarios (principalmente la madre) vemos como gran parte de la misma se desarrollaba en torno a la comida. Desde el momento de nacer, y antes también, claro, la comida está entrelazada a esa madre, o adulto que daba de comer, y ese acto temprano, no está ajeno de miradas, de sensaciones, de vivencias que van conformando dicho  vínculo.

Cuando se come para no sentir

A medida que vamos creciendo el ritual alrededor de la comida va cambiando, no solo acorde a nuestra edad, sino a la dinámica y estilos de cada familia.

De pequeños observamos a nuestros padres comer, somos fieles testigos de la relación que ellos tienen con la comida, podemos ver como disfrutan sana y disciplinadamente al hacerlo, o por el contario podemos ser testigos de sus descontroles, o tal vez observamos como llenan el vacío y el hastió de sus vidas con comida.

Puede suceder que para algunos padres el placer de comer sea el único, o uno de los pocos que tengan. No faltan las familias en las que la imagen física es muy importante, prácticamente un valor en si mismo, y entonces algunos alimentos pasan a ser prohibidos, o estar muy restringidos.

En estas familias tener un kilo de más puede estar desaprobado, ya sea implícita o explícitamente, aún cuando el peso se encuentre dentro de los parámetros de lo saludable (médicamente hablando).  En algunos grupos familiares encontramos padres con prácticas alimentarias poco saludables, gran insatisfacción con sus propios cuerpos, y una gran expectativa y exigencia puesta en sus hijos en cuanto a la comida, a su cuerpo y a cómo deben verse.

Comer para no sentir

No es lo mismo la mirada de aprobación de los padres hacia sus hijos y su cuerpo, que haber crecido ante una mirada que desaprobaba la imagen corporal, o era muy exigente con la misma. Esa mirada que desaprueba y que insta a dejar de probar ciertos alimentos, como una manera de lograr la tan ansiada aprobación, que parece nunca llegar. En estos casos, lo que no tarda en llegar son la ansiedad y el sufrimiento.

Quiero por sobre todas las cosas recalcar que no estamos acusando a nadie de nada. Solo intento describir diferentes dinámicas familiares en las que pudimos haber crecido. Ni mejores ni peores, solo diferentes, con distintos valores , creencias,  y rituales alrededor de la comida, ya que no es lo mismo ser delgado o estar excedido en una familia o en otra. ¿Qué significaba la comida en tu familia?

Por otro lado, no todo empieza y termina en la familia. En el grupo familiar se desarrolla nuestro primer contacto con la comida, es esa especie de andamiaje sobre el cual se irá construyendo a posteriori nuestra propia relación con la comida, en la que también participaran lo social, aquí la cultura también juega un rol importante, como la educación, la publicidad, la familia extensa, los amigos.

Emociones a la hora de comer

¿Para qué nos puede ayudar el repasar estas dinámicas familiares? Para empezar a vislumbrar el significado que tiene para cada uno de nosotros el comer, o el no hacerlo, o el hacerlo en exceso. Nos puede ayudar a echar un poco de luz sobre las emociones, y esto es importantísimo, que están en juego antes, durante y después de cada acto de comer.

Es decir, entrenarnos para identificar cómo nos sentimos, inmediatamente antes de comer. ¿Estamos tolerando eso que estamos sintiendo, o buscamos en la comida una forma de alivio a lo que estamos sintiendo? ¿Buscamos evadirnos de alguna sensación desagradable?¿Andamos a la caza de una compañera (comida) con quien compartir nuestra felicidad?

¿Qué pasa que no se está pudiendo encontrar esa gratificación en otro lado? Tal vez, se busque en la comida una forma de gratificación, como una manera fallida de salir de la monotonía, y del agobio reinante. Hay tantos motivos que empujan a abrir la nevera, como personas hay.

Para mejorar la relación que tenemos con la comida, como pasa con cualquier otra relación, el primer paso es darse cuenta de que hay algo que no está funcionando, y que nos genera malestar y sufrimiento.

Comer para aliviar un malestar emocional

En la mayoría de las relaciones problemáticas con la comida, subyace la dificultad en identificar los diferentes matices entre emociones. Es común escuchar en la consulta comentarios del tipo, “como porque estoy agobiada”, “como porque estoy estresada”, “como cuando estoy mal”. y cuando se empieza a preguntar acerca de ese agobio, o estrés, acerca de cuáles son los disparadores, o de como se manifiesta en el cuerpo, o de la frecuencia con que aparece, se observa una dificultad en apreciar estas diferencias.

Aparece la dificultad en poder alojar en el cuerpo algo de ese malestar.

En algunos casos se come para no sentir. Cuando es así, el trabajo consiste en aprender a sentir, en dejarse atravesar por las diferentes emociones, ya sean agradables como desagradables. Aprender a tolerar lo desagradable, sin correr hacia la nevera en busca de un paliativo ante el dolor inevitable de la vida.

¿Cómo describirías tu relación con la comida?

Hasta el próximo posti y recuerda que para poder modificar algo en nosotros, el primer paso es darnos cuenta de que algo no está bien.

Puedes visitar mi canal de YouTube Betina Speroni.

Podcast Psicología Betina Speroni.