El amor incondicional no espera nada. Riesgos de amar así
enero 26, 2022
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Deja la incondicionalidad para ti mismo. El amor es recíproco

¿Cómo construir un nosotros sin esperar nada del otro? La idea de este posti es reflexionar sobre una de las más populares, y aún vigentes paradojas del amor romántico. La incondicionalidad.

Te invito a pensar juntos sobre el amor incondicional, sobre ese amor que proclama seguir vivo a pesar de todo, aún sino recibe nada, o si recibe lo que no necesita, ya que él seguirá encendido no importa lo que pase, ni lo que reciba, porque entre líneas, lo que está diciendo es que ese es un amor de verdad.

¿Existe el amor de “verdad”? ¿Hay amores “verdaderos”? ¿O hay buenos y malos amores?

De momento lo que podemos aseverar es que un amor de pareja basado en la incondicionalidad es un pase seguro al sufrimiento. ¿Quién puede dar y dar sin esperar nada a cambio, manteniendo su valía personal a salvo y sin resentirse? Es difícil.Amar sin condiciones es sufrir

¿Y si el amor que hace bien no esta basado en la incondicionalidad, en qué esta basado?

El amor sano, funcional, que nos hace bien y nos ayuda a crecer está basado en la reciprocidad.

Es decir, te amo porque me siento amada, te cuido porque me siento cuidada, te soy fiel porque tú también respetas nuestro acuerdo de fidelidad, te priorizo y te tengo en cuenta, porque tú también lo haces conmigo. Así de simple, y así de difícil es el amor basado en la reciprocidad.

Decir te amo porque me amas, como título no vende nada. Suena aburrido, soso, como si  le faltara la dificultad del encuentro, de lo imposible, del conflicto. Y digo como si le faltara porque en toda relación amorosa en algún momento va a surgir el conflicto, el desencuentro, las diferencias, las dificultades.¿Para que amar a quien no nos ama?

Ninguna relación está exenta de estos ingredientes, la diferencia, en todo caso, está en la cantidad de los mismos.

Si digo, “Hagas lo que hagas, estaré contigo hasta la muerte, porque te amo”, ya tenemos un titulazo. Las secuelas de semejante compra vendrán con el tiempo. En mi consulta las veo permanentemente.

¿Cómo no comprar esta idea del amor sentimental, si la propicia la misma cultura, si se publicita en algunas películas, en canciones, en series, en novelas?

Las nuevas generaciones empiezan a cuestionar algo de estas creencias tan arraigadas. Parte del trabajo y de nuestra responsabilidad es poder desidentificar al amor del sufrimiento, de la pena constante y del conflicto irresoluble, y entender que el amor en si mismo ya tiene, como decíamos, algo de dolor, de incertidumbre, de desencuentro, no necesita que le agreguemos más.El amor que hace mal no sirve

La letra de una canción muy escuchada hace muchos años, cuyo mensaje aún esta vigente, dice: “…no existe un lazo entre tú y yo. No hubo promesas ni juramentos. Nada de nada.”, “Tú la misma siempre tú, la que no espera nada”.

Paradójicamente es o intenta ser una canción de amor, y no de cualquier amor, sino de un amor verdadero. La letra claramente refleja la falta de reciprocidad.

Esta canción describe una relación en la que alguien decide cuándo, cómo y en qué circunstancias estar con un otro que incondicionalmente acepta las reglas del juego. Y de alguien que acepta las reglas de manera incondicional porque ama. Como si en nombre del amor tendríamos que justificar todo.

Pensando así, el problema ya está servido, con guarnición y todo. ¿Qué lleva a alguien a permanecer en una relación en donde da y no recibe nada, o recibe migajas en comparación a lo que da?Ningun amor merece nuestro sufrimiento

Aquí ya entramos en el terreno de la subjetividad, pero dejando la particularidad de cada caso, podemos pensar que de acuerdo al mensaje con el que nos bombardea la cultura, el que ama incondicionalmente, de alguna manera, se cuelga el cartel de alguien que “conoce el verdadero amor”.

Ese amor que cuanto más hace sufrir más verdadero parece ser. Cuanto más obstáculos hay que vencer para conseguirlo más merece la pena ser vivido, y por sobre todas las cosas sufrido, claro”.

Quien da sin condiciones, además del sufrimiento, parece recibir los honores de quien ama de verdad. Y esto parece ser preferible a vivir un amor sin tantos altibajos, y sinsabores (recordemos lo que nos vende la cultura). Ya que un amor así se suele relacionar con algo aburrido, con un amor mas “común”, con menos adrenalina, con menos obstáculos a vencer.

El mensaje que intento transmitir en este posti es que un vínculo amoroso que hace bien, trae inevitablemente consigo mismo, un montón de cuestiones a resolver, a trabajar, a pensar. Por eso hablamos todo el tiempo de construcción cuando pensamos a la pareja.El amor sano hace bien

La pareja es esa relación que se va a ir construyendo en el tiempo, como tal es un proceso en el que no se deja de trabajar nunca.

La pareja como la vida se va transformando, nos va transformando, y todo esto va transcurriendo bajo la mirada de la incertidumbre, siempre presente. ¿No es esto ya en sí  mismo bastante trabajo, para encima sumarle mas trabas, mas impedimentos, mas tensiones, mas separaciones, mas sufrimiento?

¿Para qué? ¿Acaso no es suficiente con el dolor inherente  a la vida, para además agregarnos el sufrimiento de sufrir por y para alguien?

A nadie se le ocurriría describir un paseo por la playa como algo aburrido, soso, común y poco extraordinario, al tiempo que promociona unos excitantes deportes de alto riesgo a los que describe como una de las experiencias más placenteras, que todos deberíamos vivir en algún momento.

Tu amor me ayuda a crecer

Sin embargo, esto que parece tan absurdo, sí,  se hace con el concepto del amor. Nos venden relaciones disfuncionales, enfermas, donde abunda el sufrimiento y el martirio, como aquello que solo los verdaderos amantes son capaces de aguantar.

Terminemos con el cuento del tío. Una relación sana se basa en la reciprocidad, en el ambiente no reina la tensión sino la tranquilidad. Cuando formamos parte de una linda relación podemos imaginar lo que el otro va a hacer o decir, porque es alguien previsible, no estoy temerosa y alerta por la reacción que pueda tener al verme.

Si no puedo seguir creciendo y desarrollándome como persona al lado de quien es mi pareja, lo mejor que puedo hacer es salirme.

Aprendamos a abrirle la puerta al disfrute, el sufrimiento que siga de largo, ya bastante con la herida del del vivir.

Hasta el próximo posti y recuerda la importancia de identificar al amor con una serena puesta de sol, en vez de con un embravecido huracán.

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Podcast Psicología Betina Speroni.