Engañadores innatos, dueños de una afectividad artificial
Hacen sufrir y van por la vida disfrazados de persona.
En este posti hablamos de las características que tiene el psicópata cotidiano. Y para tal fin nada mejor que empezar por definir qué es un psicópata.
Antes que nada te comento que todo lo planteado aquí se basa en el trabajo de investigación que lleva haciendo desde hace más de veinte años el Dr. Hugo Marietán, médico psiquiatra, quien se dedica actualmente al estudio de la psicopatía.
Un psicópata es alguien que tiene necesidades diferentes a las consensuadas socialmente, y para satisfacer esas necesidades necesita realizar un accionar también diferente al de la persona común. Un ejemplo de una necesidad diferente puede ser la necesidad de poder, la necesidad de ejercer control sobre los otros, la necesidad de dinero, la necesidad de estafar a otros, la de comer carne humana (caníbales), la necesidad de violar, de matar, etc.
Como el psicópata tiene una libertad interior exacerbada, piensa que para él todo es posible. Si tiene un objetivo irá tras el mismo caiga quien caiga, cueste lo que cueste.
A diferencia del común de las personas que tenemos nuestra libertad interior acotada, debido a que estamos habitados por el miedo, la duda, la inseguridad, los temores, etc. y consecuentemente no realizamos todo lo que queremos, o nos gustaría hacer, ya sea por miedo, o porque no queremos herir al otro, a estos seres nada los detiene, para ellos todo es posible, no les importa la consecuencia que su accionar negativo pueda tener sobre los demás.
¿Por qué? porque carecen de empatía, por lo tanto, no poseen la capacidad de ponerse en el lugar del otro, y de esa manera imaginar como se puede sentir el otro como consecuencia de ese accionar. Por consiguiente, las consecuencias de su accionar negativo sobre las otras personas, no le importa.
El psicópata es alguien que se ama a sí mismo. Es un ególatra. Trabaja siempre pero siempre para sí mismo. No hay que confundir la egolatría, con el narcisismo. El narcisista es un ser de angustia, el narcisista necesita la mirada del otro, necesita llamar la atención, necesita del halago y de la adoración del otro.
Al psicópata, en cambio, no le importa nada del otro. ¿Por qué? porque un rasgo distintivo de estos atípicos es la cosificación, es decir la capacidad de quitarle al otro el atributo de persona, y de esta manera lo baja a la categoría de cosa. Y esto es lo que le va a permitir hacer con el otro (cosa) lo que le venga en gana. Sin ningún tipo de remordimiento y culpa sobre su accionar sobre el otro, a quien considera una cosa que puede serle útil para el logro de sus objetivos, y además recordemos que carece de empatía.
La cosificación le va a permitir establecer relaciones utilitarias con las demás personas (cosas). Por consiguiente, si se acerca a alguien es porque esa persona le va a servir, le va a ser útil para algo, ya sea en lo inmediato, o bien a largo plazo, y en este último caso esta invirtiendo, para recoger sus frutos más adelante.
Estos atípicos no quieren a nadie. Solo se aman a sí mismos. No son padres, ni madres, ni hijos, ni hermanos. No se puede estar al lado de ellos sin sufrir, porque socavan el autoestima de la persona con la que se relacionan. Haciendo un uso sutil de la descalificación constante del otro, a través de humillaciones, vejámenes, y todo tipo de agravios.
El psicópata trabaja para apoderarse de la psiquis del otro.
La cosificación les permite seducir al otro, persuadirlo, manipularlo, a través del uso de la mentira como una herramienta principal en su accionar, junto a sus dotes actorales, recordemos que la actuación es la representación de la mentira, estos seres atípicos mienten con el cuerpo. No es una mentira común. Son extremadamente convincentes. Como consecuencia de todo este accionar, terminan consiguiendo que el otro esté a su servicio.
Como mencionábamos anteriormente, nuestros diques morales, junto al saber que nuestra libertad termina donde empieza la libertad del otro, nos ayuda a vivir armónicamente y a conectar con las emociones de los demás.
Estos seres atípicos al carecer de estos frenos morales, al carecer de empatía, al carecer de un amplio rango de emociones, al ser ególatras, cosificar al otro, y trabajar siempre para sí mismos, cuando se plantean un objetivo, cualquier impedimento para la consecución del mismo, será visto como una barrera a eliminar, sea como sea.
Como las emociones de estos seres atípicos se resumen en la ira y el entusiasmo, cuando algo se interpone en su camino y les obstaculiza llegar a su objetivo, se frustran, y aquí nos encontramos con el talón de Aquiles del psicópata, la frustración. Este es su punto vulnerable.
Es decir, las emociones del psicópata son solo la ira, el entusiasmo, y la frustración. No conocen la amplia gama de las emociones. Y en consecuencia, tienen un vacío emocional, un hueco emocional, que no debemos confundir con el vacío existencial.
Si bien los psicópatas carecen de las distintas y variadas emociones, desde muy pequeños aprenden a imitarlas, entonces con la experiencia de vida van aprendiendo en qué momentos es conveniente llorar, y en cuales reír, y haciendo que cosas pueden agradar al otro.
Esto los lleva a imitar la gestualidad y la afectividad de los demás, por consiguiente, si observamos atentamente, vamos a ver que en la demostración de las emociones hay algo que no cierra, que es raro. Por ejemplo, en sus abrazos falta la expresión de la ternura, la entrega genuina y contenedora hacia el otro, sus abrazos son como muy acartonados, “robóticos”.
Algo similar ocurre con el resto de las emociones, en donde se observa la desmesura en las mismas, como si no lograra sintonizar óptimamente con la expresión y regulación de las emociones. Por ejemplo, pueden llenar a sus hijos de regalos como expresión de afectividad, o no pueden comprender por que la gente llora en un velorio, si ya sabían que se iba a morir de todos modos. Lo cual no quita que lo hagan, haciendo uso de sus dotes actorales, si la situación así lo amerita.
Por lo tanto, es muy difícil detectarlos, porque van por la vida disfrazados de persona, y copiando la afectividad y la gestualidad.
¿Por qué es importante detectarlos? Porque son seres que hacen sufrir, son siempre igual a sí mismos, no cambian y no quieren a nadie.
¿Hay muchos psicópatas? Se estima que el 3 por ciento de la población entra en esta categoría, a independencia de si es hombre o mujer.
La psicopatía es un hecho social. Nos afecta a todos, porque estos atípicos conviven entre nosotros, algunos nos gobiernan, otros pueden ser nuestro jefe, o un padre de familia, o un vecino, etc. Solo sabiendo cómo operan y cuales son sus características estaremos en condiciones de detectarlos, y de esa manera aplicar el contacto cero.
Con estos seres siempre contacto cero.
Hasta el próximo posti y recuerda que el saber nos hace libres.
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