¿Cómo narras tus experiencias de vida?
Que algo no haya sucedido hasta ahora, no significa que no pueda suceder. No afirmamos ni que vaya a suceder ni que no lo haga. No sabemos.
Y en este no saber lo que pueda suceder radica parte de la magia de la vida.
Llegados a este punto podemos hacer lo que esté a nuestro alcance para aumentar las posibilidades de que suceda, o podemos comportarnos como si no fuera a suceder. Tú eliges.
En la manera en la que relatamos nuestras historias de vida, dejamos ver nuestra elección.
Es distinto decirnos no pude estudiar lo que quise, a decirnos todavía no empecé a estudiar lo que me gusta.
De acuerdo al momento del ciclo vital en el que nos encontremos y según nuestras circunstancias nos decantaremos por una opción u otra. Sobre la base de crear expectativas racionales y alcanzables.
“Llevar una vida amargada lo puede cualquiera, pero amargarse la vida a propósito es un arte que se aprende.” Paul Watzlawick.
La palabra “Todavía” indica que una situación persiste en el momento del cual se habla, por ejemplo, “Todavía estoy buscando trabajo”, o presupone que dicha situación cambiará o es posible que cambie en el futuro, “Todavía no he encontrado trabajo”.
Muchas veces, tras un tiempo de ir en busca de aquello que deseamos, desistimos. Otras veces, nuestras circunstancias no facilitan que persigamos lo que nos gustaría. Las razones son tantas como personas hay: “Abandoné la facultad porque no era lo que me esperaba”, “De chico tuve que dejar de estudiar para trabajar y ayudar a mi familia”, “Me casé dos veces y ya no pruebo más”, “Cuando quise tener hijos ya era tarde”, “Siempre soñé con viajar y nunca encontré el momento”.
A estos anhelos que quedaron a mitad de camino les podemos cerrar la puerta y decirnos a nosotros mismos afirmaciones como: “No pude estudiar lo que quise”, “Me fue mal con las parejas”, “Nunca salí de mi pueblo”, “No conocí el amor”.
O decirnos: “Todavía no estoy en pareja”, “Todavía no empecé a estudiar algo que me guste”, “Todavía no encontré un trabajo en el cual sentirme a gusto”, “Todavía no viajé a ese lugar que me encantaría conocer”.
Como plantean David Epson y Michael White autores de la Terapia Narrativa, somos las historias que nos contamos.
La idea no es caer en el positivismo ingenuo y delirante que plantea el “Tú puedes”. No estoy diciendo que si todavía no tienes una pareja, ya la vas a tener. Esto no podemos saberlo.
Pero lo que sí, tú puedes descubrir es si todavía sigue siendo importante para ti construir una pareja, o terminar tu carrera, o iniciar tal o cual proyecto, o cambiar de trabajo.
“Lo más importante en una idea fija es que es capaz de crear su propia realidad”. Paul Watzlawick.
A partir de descubrir que proyectos son importantes para ti, tienes dos opciones, puedes dejar que sigan siendo proyectos, y en este caso decirte a ti mismo comentarios como, “La pareja no se me da bien”, “No encuentro tiempo para estudiar”, “Me agobia mi trabajo”. O puedes decirte, “Todavía no tengo pareja, pero me gustaría algún día construir algo con alguien”, “Trabajo mucho y todavía no he podido terminar mi carrera, pero dedicare parte del fin de semana a estudiar”, “Todavía no he evaluado que posibilidades tengo de conseguir otro trabajo”.
“El cambio de perspectiva produce un cambio en la percepción de la realidad que cambia la realidad misma, determinando, como consecuencia, el cambio de toda la situación y de las reacciones a ella”. El arte del cambio. Paul Watzlawick.
Cuando nos entusiasmamos con algo le abrimos la puerta a nuestros sueños. Quien está entusiasmado está con ganas, irradia energía. El entusiasmo nos amiga con la vida.
Ante la propuesta de un trabajo que te gusta, ¿Cómo no entusiasmarte?, cuando esa persona que te gusta se fija en ti, ¿Cómo no entusiasmarte?, después de un tiempo de empezar a comer sano, hacer ejercicio y sentirte mejor, ¿Cómo no entusiasmarte y seguir por esa línea?
¿Quién no conoce el sabor del entusiasmo? Es como si nuestra alma estuviera embriagada de felicidad. Aunque la felicidad es otra cosa.
Al igual que todas las emociones el entusiasmo nos visita, se queda un tiempo y se va, para visitarnos más adelante. El entusiasmo retroalimenta a la motivación y nos empuja a ir tras eso que deseamos.
Como afirma el psiquiatra Hugo Marietan el entusiasmo es esa exaltación corporal relacionada con la adrenalina.
Si revisamos la manera en la que narramos nuestra historia y nuestras experiencias y le hacemos lugar a aquellos acontecimientos que formaron parte de nuestra historia, pero que no encajan con la historia que nos contamos, empezaremos a construir una nueva historia.
Vamos a un ejemplo, alguien que cuenta su historia plagada de pérdidas y sufrimiento, seguramente al repasar la misma, descubra momentos de satisfacción y regocijo bajo los escombros de su relato. El descubrimiento de tales momentos empieza a disparar la construcción de una nueva realidad.
Esta nueva historia nos traerá nuevas emociones y una manera diferente de percibirnos a nosotros mismos.
Y tal vez, nos acerque a un estado de mayor plenitud y serenidad, y quien te dice que a lo mejor, esto te ayude a que te topes con la felicidad.
Citando a Hugo Marietan: “Creo que la felicidad camina a nuestro lado, pero estamos tan ocupados en buscarla en lugares extraños, raros, caros y lejos que no tenemos tiempo de dar una mirada al costado más sencillo de nuestra vida”.
Hasta el próximo posti y recuerda que somos nosotros quienes construimos nuestra realidad.
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