Toda crisis es una oportunidad para algo nuevo
El propósito de este posti es pensar como podemos aquietar nuestra mente, calmarnos y aprender a conciliarnos con esos pensamientos recurrentes e intrusivos cuando nos visitan de lo deseado, en estos momentos de confinamiento.
Estamos viviendo un momento difícil, atípico, sin referentes y esto inevitablemente dispara ansiedad.
El momento en sí mismo es ansiógeno, estamos viviendo una pandemia, y debemos permanecer en nuestros hogares como una manera de resguardarnos a nosotros mismos y a los otros.
Partimos de que la situación no es agradable y es preocupante, por lo tanto, sentir un poco de ansiedad en estos momentos es esperable. La ansiedad es una emoción universal y como tal cumple una función adaptativa.
¿Qué pasa cuando los niveles de ansiedad se disparan con todo el malestar físico y psíquico que esto conlleva?
En primer lugar, tener en cuenta que esto es más probable en aquellas personas que ya son propensas a preocuparse demasiado, a anticiparse a las situaciones y generalmente haciendo uso del pensamiento catastrófico. Como siempre digo el ansioso es un preocupado.
El ansioso es alguien que anticipa un resultado negativo y erróneamente cree que en la medida en que da vueltas una y otra vez sobre el mismo tema se esta ocupando del mismo y por consiguiente evitando que ese resultado negativo que anticipa finalmente ocurra.
En realidad solo consigue agobiarse y retroalimentar sus miedos. Recordemos que el noventa por ciento de las cosas por las que nos preocupamos no ocurre.
Vamos a la propuesta de este posti.
Ejercicios para aquietar la mente:
Conectar con lo corporal , con nuestras sensaciones y que mejor que hacerlo a través de una respiración diafragmática. ¿Por qué este tipo de respiración puede ayudarnos?
En primer lugar, porque nos tranquiliza y nos calma. Es incompatible sentirnos ansiosos y tranquilos a la vez. En segundo lugar, porque nos ayuda a cambiar el foco de atención. Nos ayuda a pasar del mundo de las ideas a conectar con otras sensaciones.
Para realizar esta respiración es conveniente buscar un lugar tranquilo, donde nos sintamos cómodos. Tal vez estas pensando que en estos momentos con los peques en casa y con todo lo que implica el hecho de compartir más tiempo y espacio juntos, se te hace difícil encontrar un momento para estar a solas.
Habrá que ser creativos a la hora de facilitarnos este lugar, que puede ser el baño, la terraza, donde se te ocurra que puedas estar por un momento sola o solo.
Y en los casos en que aparece esta dificultad en encontrar un espacio para estar a solas, detenernos aquí y animarnos a preguntarnos ¿ Qué me esta pasando a mi que no puedo hacerme de unos minutos para conectar conmigo? ¿Cómo no me voy a sentir ansioso o preocupado si no puedo encontrar o regalarme unos minutos para mi?
La ansiedad siempre tiene un mensaje para darnos y una invitación a repasar nuestra historia.
Si es la primera vez que vas a ejercitar la respiración diafragmática con dos o 3 minutos, tres veces al día, esta muy bien. Y de a poquito iremos aumentando algo mas. Si empezamos con la expectativa de practicar esta respiración durante media hora nos vamos a frustrar y lo mas probable es que abandonemos el intento.
Otro ejercicio para aquietar la mente consiste en realizar aquellas actividades que hacen que perdamos la noción del tiempo, o como diría Daniel Goleman el autor del libro “Inteligencia emocional” entremos en ese estado de flujo, en el que sentimos que nos fundimos con eso que estamos haciendo, y toda nuestra atención esta en esa tarea, por lo tanto nos “desconectamos” de otras cosas que no tengan que ver con esa actividad.
La elección de estas actividades es personal, puede ser una manualidad, una lectura, una película, un instrumento musical, la pintura, escribir, bailar. Lo que a ti te ayude a estar como en un estado de “trance”.
Si estamos hablando de higiene mental no podemos dejar de mencionar al ejercicio físico. Y para esto no necesitamos entrenar como un deportista olímpico. Media hora cada día es suficiente.
Con respecto a los pensamientos recurrentes e involuntarios, lo importante es no evitarlos. ¿Qué quiero decir? Que en la medida en que nos queremos deshacer de estos pensamientos, los alimentamos. Los hacemos mas fuertes.
Cuando aparezcan estos pensamientos no nos centremos en los mismos. De igual modo que cuando miramos una película las distintas escenas se van sucediendo unas a otras y no nos detenemos en ninguna, lo mismo intentemos hacer con estos pensamientos. Por supuesto que esto no se logra en un abrir y cerrar de ojos. Requiere de un entrenamiento, hasta que finalmente hagamos del mismo un hábito.
Si aparecen, no nos resistimos a los mismos. De esa manera solo los alimentamos. En esos momentos la respiración diafragmática nos va a ayudar a cambiar de foco.
En resumen:
Respiración diafragmática
Realizar actividades que nos permitan fluir con las mismas.
Ejercicio físico.
No resistirnos a los pensamientos recurrentes.
Evitar la sobre información
Como puedes ver sentirse bien es una decisión. Para sentirse bien y a gusto con nosotros mismos tenemos que trabajar.
En tiempos de confinamiento trabajar para sentirnos bien es imprescindible. Principalmente, porque la manera en la que cada uno se sienta va a repercutir en los otros. Recordemos que las emociones son contagiosas ¿Cómo voy a poder conectar positivamente con otro si me siento irritable, agobiado, desbordado?
Como ya sabemos y citando a Viktor Frankl no podemos cambiar las circunstancias, pero si, podemos cambiar nuestra manera de responder a las mismas.
Hasta el próximo posti y recuerda que toda crisis es siempre una oportunidad para algo nuevo.
Puedes visitar mi canal Betina Speroni YouTube.
Podcast Betina Speroni Psicología en:
Anchor.fm Spotify Google Podcasts Pocket Casts Radio Public
Copy RSS Breaker.