No quedo embarazada. Cuando quedar embarazada no es soplar y hacer botellas
enero 25, 2020
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Que el quedar embarazada no sea una exigencia o algo que te impongas. Que te encuentre y te sorprenda cuando menos lo imaginas.

La propuesta de este posti es reflexionar sobre las emociones que surgen cuando se decide quedar embarazada o “embarazados” y esto no pasa, o por lo menos, no sucede con la rapidez o en el momento en que lo deseamos.

Había elegido como titulo para este video “Quedar embarazada no es soplar y hacer botellas”, pero esta premisa no se aplica a todas las mujeres. ¿Quién en algún momento no ha escuchado decir?, “Yo quede en el primer intento”, o algo como, “Lo planeamos y el bebé vino”. Y si bien esto es cierto en algunos casos, en muchos otros, y justamente por eso este video, las cosas son muy distintas y el embarazo no se produce cuando se desea sino cuando la vida decide que así debe ser.

Cuando el embarazo no se produce, ¿Qué nos pasa? ¿Cómo nos sentimos? ¿Qué emociones nos visitan?. Como siempre decimos los psicólogos y aburrimos con lo mismo, no hay una única respuesta, ya que esta dependerá de cada mujer, de la historia de cada mujer, del sentido que cobre el embrazo en cada mujer y en cada momento de su vida, del tiempo que lleva intentando quedar embarazada, de si hubo embarazos previos, o pérdidas de embarazos anteriores, de la edad de la mujer, etc.

Pero a grandes rasgos cuando una mujer esta buscando un embarazo y este no llega después de unos meses de intentarlo, empieza a asomarse la incertidumbre, la duda, el miedo, la frustración, la rabia, y las preguntas del tipo ¿Cómo puede ser? ¿Qué estará mal? Y si prestamos atención, en este ¿Qué estará mal? se esta asumiendo que algo no esta bien cuando muchas veces, no es así. Y no hay ninguna dificultad que justifique que el embarazo no se produzca.
Simplemente no se produce porque no es el momento. Otras veces, sí, puede haber una dificultad.

¿Cuándo hay que empezar a ocuparse? y digo ocuparse, no preocuparse. Sin meterme en la parte medica porque cuando abordo un tema solo lo hago desde lo psicológico y emocional. Me limitare a decir que algunos médicos recomiendan hacer una consulta cuando no se produce el embarazo después de un año de intentarlo, y otras veces, se recomienda a los 6 meses de intentarlo. Y aquí la edad de la mujer hará que la balanza se incline hacia un lado u otro.

Volviendo a lo emocional. Repasemos las emociones que nos visitan cuando el tan deseado embarazo no se produce. En un primer momento la que se lleva todos los premios es la ansiedad. Y como siempre pasa con la ansiedad la queremos erradicar, y mas aun cuando escuchamos comentarios del tipo: “No quedas embarazada porque estas ansiosa, necesitas tranquilizarte y ya veras como te quedas embarazada”. Estos comentarios hechos con la mejor intención no sirven para nada.

Perdón, sí , sirven, sirven para crear una nueva preocupación. Si ya estabas preocupada porque no quedabas embarazada ahora además se le suma el hecho de tener que “deshacerte” de la ansiedad. y ¿Cómo? porque nadie te dice como. Y si bien todos sabemos que el convivir en forma crónica con altos niveles de ansiedad no es bueno para nuestra salud, tal conocimiento, en si mismo no es suficiente para poder regularizar dichos niveles. Este conocimiento es necesario pero debe ir acompañado de un trabajo personal, y a veces, acompañado por un profesional.

Decirle a alguien que esta ansioso que debe tranquilizarse es como decirle a alguien con depresión que tiene que salir y disfrutar de todo lo que tiene en la vida. Si sabrían como hacerlo ya lo habrían hecho. Nadie padece altos niveles de ansiedad por puro gusto.

Si estas ilusionadísima con la idea de quedar embarazada y los meses empiezan a pasar y a pasar y el embarazo no sucede, están las condiciones dadas para que la misma te visite. Raro seria lo contrario. ¿Porque? porque al no producirse el embarazado tan deseado empieza a activarse la alarma frente a la amenaza de que “algo esta o puede estar mal”. La mente se empieza a anticipar. Detrás de un ansioso hay un preocupado.

En primer lugar, tenemos que tener en cuenta que la ansiedad es una emoción universal y que en niveles óptimos nos ayuda a la supervivencia. Sin detenernos demasiado en el tema de la ansiedad, en mi blog tengo un par de artículos sobre la misma que puedes consultar si te interesa la temática.

En forma muy breve vamos a decir que todos en algún momento de nuestras vidas sentimos ansiedad. Es una emoción necesaria y adaptativa que nos ayuda a la supervivencia y que surge ante la percepción de una amenaza, que puede ser real o imaginaria. Y su aparición va a ir acompañada de toda una serie de síntomas fisiológicos como sudoración, mareos, taquicardia, miedo a perder el control o a volverse loco, etc. Este estado nos prepara para que podamos hacer frente a dicha situación ya sea huyendo, peleando, escondiéndonos, etc.

Si pensamos en una mujer que esta intentado quedar embarazada y no queda, ante cada menstruación además de la frustración y el dolor concomitante, se puede sumar el temor a que el embarazo no se produzca. Ya hay una amenaza, y entonces se van tejiendo las condiciones para que la misma haga presencia, y principalmente en quienes tienen una mayor vulnerabilidad a esta respuesta emocional.

¿Qué hacer en estos casos? Tener presente que si estas intentando quedarte embarazada y esto no sucede un poco de ansiedad es inevitable. y hasta positiva. ¿Por qué? porque esa misma ansiedad te movilizará a buscar el motivo, si es que lo hay, de por qué no se produce el embarazo, y entonces hacer una consulta con los médicos pertinentes, para saber si hay una dificultad física, y de qué manera se la puede abordar y demás.

No pretendas sentirte como una rosa.  Así como una situación de examen es ansiógena en si misma, si llevas intentando quedar embarazada por un año o más, lo raro sería no tener ansiedad.

En todo caso, aquí es importante reflexionar sobre lo que podemos hacer para que la ansiedad no nos inunde. Y en este punto nos puede ayudar el no forzar un estado de serenidad. ¿Qué quiero decir? El antropólogo ingles Gregory Bateson acuño la teoría del doble vínculo. ¿Qué es un doble vínculo?

Es un dilema comunicacional en el que hay dos mensajes que se contraponen. Entonces haga lo que haga o diga lo que diga voy a caer en un error y no voy a cumplir con las expectativas del mensaje. Veamos un ejemplo, una madre le regala a su hijo dos corbatas una roja y otra azul, el hijo se pone la corbata roja y la madre le pregunta: “¿Cómo, no te gusto la corbata azul?”. Es decir, se ponga la corbata que se ponga el hijo nunca va a cumplir las expectativas de la madre.

Dentro del doble vínculo hay algo llamado “espontaneidad exigida”, si le digo a mi pareja quiero que seas espontáneo lo estoy poniendo en una encrucijada. ¿Por qué? porque si no es espontáneo, no cumple con mis expectativas, y si hace algo espontáneo respondiendo a mi orden, entonces no es algo espontáneo.

¿A qué viene este ejemplo? A que muchas veces cuando una mujer tras intentarlo largamente no queda embarazada y se siente muy ansiosa “Se le pide” o se le indica que se relaje, que se serene, que se tome unas vacaciones con su pareja para “No pensar en el tema” y de esta manera dar lugar a que se produzca el deseado embarazo.
Y esto funciona cuando se hace espontáneamente, cuando uno así lo decidió, sin darle demasiadas vueltas y sobre todo sin ponerle demasiadas expectativas. Y cuando los niveles de ansiedad no son muy altos.

De lo contrario, la ansiedad me va acompañar a todas partes, vaya donde vaya.
Por eso es importante “amigarnos” con la tan temida ansiedad y entender que esta cumpliendo un papel en nuestras vidas. Es fundamental no resistirnos a la misma, porque si le oponemos resistencia la alimentamos.

A modo de resumen diría:

Tener en cuenta que óptimos niveles de ansiedad son normales y adaptativos.

Aprender a detectar las señales de su aparición y entonces realizar una respiración diafragmática. Esta respiración nos ayudara a relajarnos sin oponerle resistencia a la ansiedad. En vez de resistirnos la aceptamos y aprendemos a convivir con la misma dentro de niveles que nos son aceptables y que no nos incapacitan. Hay muchas técnicas para aprender a gestionar la ansiedad.

A la ansiedad no la podemos erradicar, como no podemos ni debemos intentar erradicar la tristeza a la alegría, o el enfado. La idea es aprender a tener una sana y cómoda relación con la misma.

Cuando empiezas a relacionarte mejor con tu lado ansioso, dejas de ser tan “controladora”. Como decíamos antes el ansioso en un preocupado que se anticipa a una situación que imagina desastrosa y a la que quiere controlar. “Quiero quedar embarazada y no quedo y tal vez nunca quede y no pueda realizar mi deseo de ser madre y formar mi familia, como le paso a fulanita que no puede embarazarse porque tiene tal cosa, y la espiral sigue y sigue y para evitar ese resultado tan temido le doy vueltas al tema una y otra vez, sustentada en la falsa idea de que en la medida en que pienso una y otra vez en lo mismo me estoy ocupando y de esta manera evitando que suceda lo que temo.

El gran desafío es hacer todo lo que este a nuestro alcance y dentro de nuestras posibilidades (medicamente hablando también) y luego soltar el resultado. Yo le propongo a la vida y la vida decide. ¿Difícil no es cierto?. Yo no digo que sea fácil. Pero cuando le tomamos el gustito y dejamos de pelearnos con la vida porque las cosas no son como nosotros desearíamos que sean, somos mas libres y menos esclavos de nuestras propias exigencias.

Que el quedar embarazada no sea una exigencia o algo que te impongas. Que sea algo que te encuentre y te sorprenda cuando menos te lo imaginas.

Usando las palabras de Jean Klein: “…estar en receptividad, en apertura a todo lo que la vida trae.”

Hasta el próximo posti y recuerda que puedes visitar mi canal de YouTube Betina Speroni.

Podcast Betina Speroni Psicología en:

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