El dolor nubla la razón. No pude ver que me había dejado de amar
Hay momentos en que el dolor nos enturbia la razón. A veces, el miedo a perder a quien amamos puede ser tan angustiante que nos impide percibir las señales que el otro nos envía.
No supe ver que me había dejado de amar.
En este posti te invito a reflexionar sobre aquellas relaciones de pareja en las cuales uno deja de amar al otro, o por lo menos de seguir eligiéndolo como pareja.
¿Qué es más difícil dejar de amar a quien todavía nos ama, o dejar de ser amados por quién amamos? Sea como sea y como lo vivamos, ambos lugares son amargos y dolorosos.
Al iniciar una relación de pareja albergamos la ilusión de que será para siempre, y como ya mencionamos, esto puede suceder o no, la pregunta es:
¿Qué pasa cuando el amor se termina?
La respuesta a esta pregunta va a depender de muchísimos factores, casi tantos como parejas y personas hay, y estos factores van a contribuir a la intensidad del sufrimiento de cada persona.
¿Qué quiere decir? Que no es lo mismo cuando el amor se termina para un miembro de la pareja que para ambos, no es lo mismo cuando la persona ocupaba para el otro muchos “lugares” en su vida, es decir era su compañero, confidente, sustento económico, la mayor parte de la vida social pasaba por el mismo, con poca familia extensa, que cuando no es así, no es lo mismo terminar una relación de pareja cuando hay niños pequeños, que cuando ya son adolescentes, o cuando ambos están pensionados, no es lo mismo disolver una pareja después de treinta años de estar juntos, que al año de conocerse.
Y a estas variables, hay que sumarles las personales, como distintos mecanismos de defensa, personalidad, estrategias de afrontamiento ante el dolor y la frustración, historia tanto de vida, como familiar de cada uno.
Resumiendo podríamos decir que el dolor ante la terminación de una pareja va a depender del significado que el otro tenia para esa persona, es decir del sentido que esa persona le daba a su vida. Y en muchos casos, el significado de ese otro es tan importante para la persona, que la posibilidad de la disolución del vínculo se transforma en una amenaza difícil de asumir.
“Los suspiros son aire y van al aire. Las lágrimas son agua y van al mar. Dime, mujer, cuando el amor se olvida, ¿Sabes tú adónde va?”. Gustavo Adolfo Bécquer
Cuando la realidad es intensamente dolorosa entran en juego los llamados mecanismos de defensa. ¿Qué son los mecanismos de defensa? Son estrategias psicológicas que utilizamos inconscientemente para hacer frente a la realidad. En otras palabras, podemos decir que son defensas psicológicas que todos en algún momento utilizamos para vencer o escapar de los estímulos que tiñen la realidad de dolor.
El uso de estas defensas es algo completamente sano, el uso de los mecanismos de defensa deja de ser sano cuando estos se vuelven rígidos y se hace un sobre uso de las mismos.
Cuanto más importante sea la relación para la persona, más afectada se sentirá ante la pérdida de dicho vinculo, y aquí entran en juego las defensas, con el único fin de ayudar a “escapar” de dicho dolor, o de hacerlo soportable.
Por lo tanto, es muy común encontrarse con personas que no han podido ver las señales que indicaban que algo no andaba bien en la relación. Estos mecanismos defensivos son inconscientes, y a veces, añaden culpa al dolor que la persona siente. Por lo tanto, la persona además de estar dolida se siente culpable por no haberse dado cuenta de que algo en la pareja no estaba funcionando.
Podemos llegar a ser muy crueles con nosotros mismos.
Es importante tener presente que nada de lo que nos pasa es culpa de nadie. Tampoco de nosotros mismos.
La ruptura de una relación de pareja nos enfrenta con una perdida, y como tal nos adentra en un proceso de duelo. Todavía hay muchas personas que siguen asociando el proceso de duelo, pura y exclusivamente, a la muerte de un ser querido, es decir al el fallecimiento de alguien.
Sin embargo, el duelo es la respuesta emocional ante la pérdida de algo o de alguien muy significativo para la persona. Por lo tanto, la disolución de un vínculo amoroso enfrenta a la persona con una perdida sumamente dolorosa. Nada más ni nada menos, que con la pérdida del amor de la persona amada.
“El dolor es el precio que pagamos por haber amado”. Y vaya si merece la pena. Te invito a que te preguntes que podría hacer alguien que se siente profundamente abatido ante el desamor de su pareja, para evitar que el dolor tiña de negro la hermosa historia que alguna vez decidieron juntos construir.
¿Es posible recordar y conservar la historia de ese amor que ya termino, sin manchar los recuerdos? ¿Se necesita tiempo para conseguirlo? ¿El amor y el odio están más cerca de lo que nos imaginamos? El que más sufre es el que más amo. ¿ Verdad o mito? ¿El tiempo lo cura todo? ¿El odio nos ayuda a separarnos?
Con respecto al tiempo, es cierto que el mismo ayuda a que cicatricen las heridas, pero también es cierto que nos va a ayudar en la medida en que nosotros hagamos algo durante ese tiempo. Y en este punto es importante diferenciar entre dolor y sufrimiento. ¿Por qué? Porque el dolor ante la ruptura de una pareja es inevitable, en cambio el sufrimiento es algo que podemos trabajar.
Veamos un ejemplo, pensemos en alguien que se encuentra muy dolido, triste y deshecho por la terminación de su relación de pareja, y al visitar los lugares que frecuentaban juntos, el dolor se agudiza y se siente aun peor. El dolor ante la ruptura del vínculo, como dijimos es inevitable, pero visitar los lugares que visitaban juntos, es algo que se puede postergar hasta sentirse emocionalmente más fuerte. ¿Se entiende?
Carlos Bermejo al hablar de los procesos de duelo menciona a las pulgas del duelo. ¿Qué son la pulgas del duelo?
Las pulgas del duelo son conflictos añadidos que, cuando se instalan en el doliente, le producen mucho dolor y pueden alterar el proceso de elaboración del duelo, y en algunos casos complicarlo o hacer de él una patología. Añaden sufrimiento al que ya supone el proceso de elaboración del duelo por la pérdida de un ser querido. Las cinco pulgas del duelo son: Herencias, culpa, sexualidad, mundo virtual, economía.
Por ejemplo, no es igual un divorcio cuando se tienen hijos pequeños y no se trabajaba fuera de la casa. En este caso el progenitor se encuentra en desventaja con respecto al que cuenta con un salario.
Es importante expresar, meditar y ponerle palabras a estos hechos, que muchas veces, se esconden por vergüenza, para evitar que añadan sufrimiento.
“Amar significa dar libertad, es permitir que el otro sea…” Anonimo
En general nos casamos con la idea de que el amor es para toda la vida, cuando en realidad no hay manera de saberlo. El amor puede durar un verano, un mes, 20 años y a veces, claro, toda una vida.
Y como el amor de pareja no viene de fábrica, mucho de lo que suceda en cada vínculo que construyamos va a depender de lo que hagamos o dejemos de hacer. Entender esto es fundamental para no adjudicarle ni al otro, ni a nosotros mismos, el buen o mal funcionamiento de la relación. Lo que pasa en cada relación depende de ambos, y de ambos depende que siga o no.
No alcanza con que sea uno solo el que desee seguir con la relación. Y por muy muy dolorosa que sea la ruptura, créeme si te digo que con el tiempo dejaras de sentir que te mueres por dentro.
Hasta el próximo posti y recuerda que si huyes del dolor lo haces mas grande.
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