Envejecer es un privilegio. La juventud no es un merito, es una condición de vida, y como tal pasa
La vida es un devenir constante. El paso inexorable del tiempo es un proceso tan natural como inevitable.
Hay tantas maneras de envejecer y de interpretar este hermoso proceso de la vida, como personas hay. Si bien es cierto que algunas personas se adaptan mejor que otras al paso de los años, también es cierto que algunas personas viven el envejecimiento como algo trágico.
Si esto no fuera cierto, como explicaríamos la necesidad de hacerse todo tipo de cirugías y estiramientos faciales con la única finalidad de verse más jóvenes. Como si fuera posible borrar las marcas del tiempo.
Borrar las huellas que las experiencias vividas han esculpido en nuestra piel, es un acto de crueldad hacia nosotros mismos. ¿Por qué a veces cuesta tanto amar esas líneas, esos pliegues en la piel que van dejando los años vividos?
¿Acaso no hablan de nosotros, no nos representan, no reflejan parte de nuestra biografía, de nuestra historia de vida, de quienes somos?
La idea de este posti es reflexionar sobre la forma en que afrontamos el paso de los años. Es pensar no solo sobre las emociones que nacen al ver las líneas que se dibujan en nuestro rostro, si no las nuevas necesidades que van surgiendo en esta etapa de la vida, junto a los proyectos que las acompañan. El propósito de este posti es cuestionar la resistencia al cambio que muchas veces nos mantiene atados a un lugar del que deberíamos salir, para darle paso a lo nuevo. Quedarse eternamente en los 40 años es como momificarse, es negar el devenir de la vida.
Como anuncia el título de este posti envejecer es un privilegio, según las palabras de la psiquiatra Graciela Moreschi, es la salida natural de la madurez, la otra salida es la muerte.
En general ante la presencia de las primeras arrugas la primera impresión es de desagrado. ¿Por qué resulta desagradable ver el progresivo cambio de nuestro rostro? ¿Por qué esta casi imperiosa necesidad de tener que vernos siempre jóvenes? ¿Por qué el temor a envejecer?
Nos han vendido que la juventud es un valor. “Juventud divino tesoro”. Y si bien hace muchos años la vejez se equiparaba a sabiduría, como actualmente pasa en las culturas orientales, hoy en día “los viejos” no tienen lugar en la sociedad. La estructura y dinámica familiar han cambiado y nadie parece tener tiempo para compartir con las personas mayores.
Las personas mayores con problemas de salud se han vuelto un “estorbo”, y a los abuelos que llegan presumiendo de un muy buen estado de salud se les reclama que se hagan cargo de los menores de la familia, es decir que críen a sus nietos. Aquí hago una salvedad. Si es el deseo de los abuelos dedicarse a la crianza de sus nietos. Adelante.
En la clínica, muchas veces nos encontramos con abuelos cansados y exhaustos que más que seguir su propio deseo, se someten al deseo de sus hijos.
Por otro lado, al sistema le conviene los jóvenes, quienes son los grandes consumidores. Jóvenes e insatisfechos ávidos de consumir. Sin lugar, olvidados y explotados. ¿Quién quiere hacerse mayor?
Dadas estas condiciones se entienden el afán y la exigencia por mostrarse siempre joven, saludable y vital. ¿Acaso tal pretensión no es como querer detener un tsunami con una mano?
Si la naturaleza como la realidad se imponen ante nosotros. ¿No sería más sabio colaborar incondicionalmente con el devenir de la vida?
Racionalmente entendemos que la batalla contra la naturaleza es una batalla perdida, pero aun así, hay quienes lo intentan.
“Así como algunos tratamientos estéticos endurecen el rostro y le quitan espontaneidad, si nos quedamos congelados en los gustos y las maneras de los jóvenes no solo nos perderemos la novedad que la nueva etapa nos depara, sino que estaremos congelando nuestra psique. La vida es movimiento, cambio. No nos confundamos, hacer cosas de jóvenes no nos hace parecer jóvenes así como la cirugía no oculta los años. Los que se practican lifting mejoran el aspecto pero no modifican su condición. Se diría que hoy el aspecto de los adultos mayores tiene un nuevo rostro de mirada sorprendida, labios gruesos y cabellos rubios. No es que esté mal, en algunos casos embellecen, pero no rejuvenece a nadie”. Graciela Moreschi, psiquiatra.
“En la juventud aprendemos y en la vejez entendemos” dijo Marie Eschembach
¿Cuáles son las ventajas de permitirnos descubrir y vivir las diferentes etapas del ciclo vital?
Sin duda una de las mayores ventajas es el vivir más plenamente. Quien se queda fijado a una fase del ciclo evolutivo, se endurece, se congela, se pierde la posibilidad de abrirse a lo nuevo, de nutrirse y seguir evolucionando con lo venidero.
En cada una de las distintas etapas de la vida nos pueden seguir pasando cosas lindas e interesantes. De eso justamente se trata nuestra existencia, de hacerle lugar a lo nuevo, con flexibilidad y curiosidad. No importa si tenemos miedo, en la medida en que no nos paralice nos ayudara a seguir adelante.
Los años no arrebatan la inteligencia ni la intensidad de los proyectos, como tampoco merman los intereses. Si bien hay algunas personas mayores que padecen demencia, esto no quiere decir que siempre sea así. Son muchas las personas mayores que no tienen demencia. Con el paso de los años nos volvemos más lentos, pero no tontos.
El transcurrir de los años nos regala sabiduría para apreciar la vida desde otra perspectiva. Se está más cerca del final, y es la consciencia de nuestra propia mortalidad la que le da sentido a nuestra vida. Cuanto más conscientes seamos de nuestra finitud, mayor será nuestro disfrute de la vida. Al negar la muerte, impedimos que la vida se despliegue en todo su esplendor.
Hasta el próximo posti y recuerda que como dice Barss, “Mi edad es solamente y no más que el número de años que hace que nací.”
Quiero sentirme bien y feliz, no verme mas joven. Y tu?
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